¿Cómo ha logrado Cuba disminuir los contagios por COVID-19?

Desde abril contagios muestran una tendencia constante a la disminución, y en la Isla se habla de recuperación
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Imagen Cuba Debate 



Por José Manuel Castillo

josemlct11@hotmail.com


SANTO DOMINGO, RD/DIARIO DE SALUD.-La región de las Américas se ha convertido en el epicentro de la epidemia por COVID-19 en el mundo. La cifra de contagiados y fallecidos continúa creciendo exponencialmente en la mayoría de los países, en algunos de manera incontrolable.


Sin embargo, en Cuba, desde el pasado mes de abril, los números muestran una tendencia constante a la disminución, y ya en la Isla se comienza a hablar de etapas de recuperación luego de que la mayoría de sus provincias llevan varias semanas sin reportar nuevos casos.


¿Cómo lo han logrado?


Desde que se decretó la cuarentena en Wuhan, China, en la Isla se trazaron estrategias integrales que involucraban a numerosos ministerios e instituciones con el objetivo de prepararse para la posible emergencia sanitaria.


Económicamente, Cuba depende mucho del turismo internacional para el acceso a las divisas. Por ello, al inicio de la pandemia, el Estado no se apresuró a ejecutar el cierre de sus fronteras. A inicios de marzo, cuando el coronavirus se había expandido a numerosas regiones de Europa, se reforzó la vigilancia epidemiológica interna y en fronteras, con énfasis en el monitoreo del estado de salud de los visitantes procedentes de las regiones más afectadas por el virus.


El 11 de marzo se detectaron los primeros casos importados, y apenas diez días después las medidas se endurecieron, decretándose, entre otras, el cierre de escuelas. Se cancelaron los vuelos de turismo y, a inicios de abril, se restringieron también los viajes para los cubanos.


Se suspendió, además, el transporte interprovincial, y poco después el rural y urbano. Se prohibieron los eventos deportivos y culturales, se cerraron lo gimnasios, piscinas, discotecas y cualquier otro centro que posibilitara la aglomeración de personas. Se potenció el teletrabajo en los casos donde fue posible, aunque el limitado acceso a internet en el país no facilita que se haga gran escala. Asimismo, se protegió a la población más vulnerable (mayores de 60 años o con enfermedades crónicas) con la interrupción laboral y el pago de un porciento salarial.


El uso de la mascarilla en público se estableció como obligatorio y el incumplimiento de esta medida puede ser castigado con multas y hasta pena de cárcel por el delito de “Propagación de epidemias”, según un artículo contenido en su Código Penal.


Todas estas medidas no difieren demasiado de las aplicadas en otras naciones, sin embargo, en el caso cubano, su principal fortaleza ha radicado en las características y peculiaridades de su sistema de salud, basado desde hace varias décadas en la prevención y detección temprana, estrategia que permite mantener altos estándares de calidad sin elevados costos económicos.


Cuba cuenta con la mayor tasa de médicos por cantidad de habitantes en el continente, ventaja que le ha permitido realizar una eficiente labor en la lucha contra la pandemia.


El sistema de atención primaria de salud en la Isla ya acostumbraba a realizar visitas domiciliares preventivas regulares con motivo de otros brotes epidemiológicos como el dengue. Así, los médicos cubanos comenzaron a realizar pesquisas en las casas, para localizar a los posibles contagiados.


Los casos que resultan sospechosos, de inmediato son recluidos en centros de aislamiento para realizarles los test que confirman o descartan el virus. De resultar positivos, se ingresan en un hospital, sin importar la gravedad de su estado de salud, incluso siendo asintomáticos.


Los laboratorios cubanos, asimismo, desarrollaron un método propio para la detección del virus, que se aplica junto a los ya existentes internacionalmente. La mayoría de los medicamentos para tratar a los enfermos también son de fabricación cubana, lo cual evita la dependencia de los mercados externos.


Cuba también ha estado en condiciones de enviar equipos médicos de apoyo a otras naciones afectadas por la pandemia como Italia, Haití o Venezuela.


Aprender de la experiencia cubana pudiera resultar valioso para otros países que en estos momentos se encuentran en plena batalla contra el SARS-CoV-2.

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