NUEVA YORK,EE.UU./ AGENCIA EFE.-. A partir del 1° de agosto de 2025, si usted tiene hijos en edad escolar en West Virginia, es importante que sepa que ciertos ingredientes comunes en productos alimenticios procesados ya no estarán permitidos en los menús escolares.
Se trata de una ley pionera que prohíbe el uso de siete colorantes sintéticos considerados dañinos para la salud, según lo establece el proyecto de ley HB2354, aprobado por unanimidad en la legislatura estatal.
Los aditivos prohibidos incluyen los colorantes FD&C Rojo No. 3, Rojo No. 40, Amarillo No. 5, Amarillo No. 6, Azul No. 1, Azul No. 2 y Verde No. 3. Estos ingredientes están presentes en numerosos productos que los niños consumen con frecuencia, como gelatinas, caramelos, bebidas azucaradas y cereales de colores brillantes.
Desde este cambio normativo, ninguno de esos productos podrá ser ofrecido como parte de los programas de nutrición escolar.
Por qué se toman estas medidas: riesgos asociados a los colorantes artificiales
La decisión legislativa se basa en estudios científicos que vincularon estos colorantes con efectos adversos en la salud infantil, incluyendo hiperactividad, trastornos de atención y reacciones alérgicas.
Aunque están aprobados a nivel federal por la FDA, organizaciones médicas y científicas vienen alertando sobre su impacto, especialmente en menores.
La ley, además de restringir estos aditivos en los alimentos servidos durante la jornada escolar, autoriza su venta únicamente fuera del recinto escolar y con restricciones horarias estrictas.
Por ejemplo, solo pueden venderse durante eventos de recaudación de fondos si se realizan fuera del predio o después de finalizada la jornada escolar.
Para usted, como padre o madre, este cambio puede representar un ajuste en los hábitos alimentarios de sus hijos.
Muchos alimentos ultraprocesados dejarán de formar parte del menú escolar diario, lo que obligará a las escuelas a replantear las opciones ofrecidas. Se espera un aumento en la oferta de productos más naturales, sin aditivos sintéticos, y una reformulación por parte de los proveedores de alimentos escolares.
Si bien la medida afecta inicialmente a West Virginia, otros estados podrían seguir su ejemplo, en un esfuerzo por proteger la salud infantil y reducir la exposición a sustancias potencialmente dañinas.
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