Fábula: Los osos golosos

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Por Dr. Frank Espino


(El proceder de algunos políticos y ­partidos se parece a esta fábula).


En una región fructífera la cual tenía muchas riquezas, entre lo que se citaban, agua, bosques, playas, ríos, y muchos frutos, habitaban unos osos que solo veían lo que ellos apetecen. La miel. Es decir, todo quedaba ignorado, aún había tantas cosas lindas en tan hermosas tierras.


Cada uno de los osos, creó su forma más inteligente para quedarse con los panales y la miel, que era su ambición.


Muchos de los osos no tenían la necesidad de engañar a sus compañeros, pues estaban seguros de alimentos, gordos y robustos, y sobre todo, tenían sus propias viviendas.


Los días transcurrían, cada uno iba observando el proceder de los otros. A ningunos les importaba compartir la miel, sólo la ambición y el querer ser dueño de tan sabroso alimento era lo que importaba.


Todos descuidan lo más apreciado, la naturaleza misma que era lo más importante.


Como no pensaron en unirse y formar un solo grupo, sino que pensaban que el panal de miel es mía y de más nadie, descuidaron fenómenos que amenazaban al deseado manjar.


Mientras discutían quién sería el más fuerte, el más veloz, y quien podría ser dueño de toda la comida, se apareció un grupo de osos, que no pertenecía a esa comarca, sin que ellos se dieran cuenta, con habilidad asombrosa y con táctica especiales, se llevaron los panales de miel, y se fueron con el botín alimenticio.


¡Todos los malos amigos se miraron y se pusieron a llorar y lamentarse!


Moraleja: es mejor pensar en disfrutar de la miel de abeja mientras pueda comerla, que creer que yo solo puedo comer­la sin pensar en el otro, e ignorar que mientras te peleas con los más cercanos, los de más lejos te la están deseando.


El autor es médico, escritor y profesor universitario.

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