¿La sociedad dominicana hacia dónde va?

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Por Dr. Frank Espino


“La honestidad es incompatible con amasar una fortuna” Mahatma Gandhi.


En un discurso que tuvimos frente a padres y madres de estudiantes de nuevo ingreso de la PUCMM hacen unos años, nuestro conversar versó sobre los valores y otros  aspectos, entre los que citamos el de la “Honradez”.


Cuando hicimos comparación y buscamos explicación al comportamiento de la corrupción, tuve necesariamente que citar unas expresiones que fueron expuestas por el Dr. José Rafael Abinader, en su libro, “La Corrupción Administrativa en América Latina. El caso de la República Dominicana”. Ed. Panamericana, Santo Domingo, R. D. Noviembre, 1992, Pág. 45.-cito: “La co­rrupción, lo mismo que la honestidad, desciende de la más alta jerarquía administrativa a los estratos inferiores. Si el jefe es honesto y exige esa virtud a sus subalternos, estos no tienen otra alternativa que actuar según el ejemplo que les da su superior. Si es al revés, la podredumbre se adueña de la oficina".


Esto sirvió para que cada uno de los asistentes hiciera una reflexión. ¡Sacaron sus propias conclusiones! Pues si extrapolamos estas expresiones nos deja bien claro que la honestidad, debe empezar por los padres, por la familia.


Sí los padres, si una familia es producto de la corrupción, ¿Qué le espera a la sociedad dominicana? ¿Cuál es la escuela que le estamos dando a la juventud y a los que están por venir? ¡Sencillamente, que el corrupto es la persona a imitar!  El honesto/a; se convierte por ende en el hazme reír de aquel que lo ve superarse peldaño a peldaño, mientras el otro, su crecimiento es abismal y hasta aplaudido socialmente por todo el conglomerado. ¡Es la impresión! ¡No quiero afirmar que esta sea la realidad!.


Si no se castiga adecuadamente como se merecen las malas prácticas de los infravalores, nuestra sociedad definitivamente irá al declive.


En febrero de 2006, siendo presidente de la Suprema Corte de Justicia, Subero Isa, calificó  la corrupción, tanto del sector público como el privado, como una “hidra de múltiples cabezas”.


(La hidra mitológica tenía una particularidad, que a medida que le cortaban cabezas crecían otras, o sea que prácticamente se hacia imposible de descabezar).


“La corrupción en República Dominicana es una hidra de siete, nueve o quizás de más cabezas, porque en la medida que vamos cortando van creciendo más cabezas en el plano privado y en el plano público”, sostuvo Subero Isa.


Agregó que: “La corrupción no es endémica ni sistémica, sino estimulante, debido a que no se aplican las sanciones debidas en aquellos que la cometen, los corruptos dominicanos roban el dinero privado y del pueblo para exhibirlos”.


Estas expresiones son muy ilustrativas de una persona que ocupa un sitial tan elevado en el Tribunal Supremo.


Debemos hacer esfuerzo para dar el mejor ejemplo desde nuestra postura, en el lugar de trabajo o dirección donde nos ubicamos. Porque si seguimos así, y no ponemos un “Pare” defini­tivamente nuestra sociedad seguirá a la deriva.


 Les pregunto a  ustedes: ¿No progresamos en nuestro país, por los tantos corruptos? ó ¿Hay tantos corruptos por qué no progresamos? Se los dejo de tarea.


 El autor es médico, escritor y profesor ­universitario.

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