Segunda promoción de médicos PUCMM 1981

Por Dr. Frank Espino

Queremos iniciar nuestro artículo de hoy con estas frases famosas: "La raíz de la educación es amarga, pero sus frutos son dulces" de Aristóteles.

"La educación es el pasaporte al futuro, porque el mañana pertenece a quienes se preparan para él hoy" de Malcolm X.

"La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo" de Nelson Mandela

Justo este 13 de junio del 2025, cumplimos 44 años de recibirnos de médicos de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), un 13 de junio de 1981. Celebrando también en este mismo año el 50 aniversario de haber empezado oficialmente la carrera de medicina en dicha universidad de Santiago de los Caballeros de República Dominicana.

Los principios todos son difíciles, porque en aquel momento, no se disponía con los elementos académicos que tenemos hoy en las aulas universitarias y mucho menos la capacidad resolutiva en nuestros hospitales públicos y en las pocas clínicas privadas de la ciudad. 

Sí puedo afirmar que tuvimos la suerte de tener excelentes profesores que se entregaron para que ¨fuéramos buenos¨ según sus palabras. También debemos reconocer que en cuanto a las ciencias básicas independiente de que no existían libros tan bien actualizados como hoy, también esos profesores nos dieron todo lo que tenían a manos para nuestra formación.

Fueron momentos difíciles, porque el transporte era difícil, la comunicación mucho más difícil, la sociedad misma no entendía que estábamos entrando en un mundo desconocido para beneficio de la ciudad, la región y el país, por eso en forma burlesca nos decían que si íbamos a salir médicos o licenciados.

El tiempo nos dio la razón, que hubiese sido de Santiago en estos momentos y la región del Cibao, si la (UCMM), hoy pontificia no hubiese tomado la decisión de abrir la escuela de medicina.

Hemos cumplido 44 años de nuestra formación, diseminados por toda la geografía nacional e internacional. No nos podemos quejar, los frutos están ahí, la preparación ni se diga, y sobre todo la obligatoriedad con una población a la cual nos hemos entregado con moral y ética en un ejercicio limpio y firme.

Extrañamos a muchos de nuestros compañeros idos a destiempo. Dios les tendrá en un espacio especial por que dieron parte se vida al servicio de sus pacientes en sus diferentes disciplinas.

A los que el Señor nos ha dado la dicha de permanecer vivos y en ejercicio, les deseo todo lo mejor del mundo junto a sus seres queridos, en sus puestos de trabajo y sirviendo con humildad en favor los más necesitados.

Finalmente después de transcurrir el tiempo, debemos dar las gracias a nuestra Alma Mater por habernos dado la formación para que pudiéramos servir con dignidad y decoro para orgullo de nuestros padres y nuestros hijos.

¡Que Dios los bendiga queridos compañeros donde se encuentren!

Los que aún podemos desplazarnos, estaremos celebrando este 44 aniversario con alegría, fe, y confianza en un país libre, de paz y democrático.

El autor es médico, escritor y profesor universitario. (Egresado de la segunda promoción de médicos de la PUCMM 1981