Los beneficios de la regeneración y reparación celular

La medicina regenerativa promueve el tratamiento de las causas subyacentes de una enfermedad a través del uso de terapias con células madre y otras moléculas para sanar tejidos dañados
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DIARIO DE SALUD.- Aliviar el dolor crónico causado por la osteoartritis, sanar lesiones deportivas, promover el crecimiento de cartílago en una articulación dañada y hasta aminorar el paso del tiempo sin necesidad de una cirugía cosmética.


Son algunas de las instancias en las que la medicina regenerativa y el uso de terapias con células madre -además de otros agentes probiológicos-, interviene para mejorar diferentes aspectos de la vida de una persona.


Se trata de una disciplina que ha adquirido auge en los últimos años y que se basa en el desarrollo de estrategias para promover la regeneración de tejidos dañados y el tratamiento de una gran variedad de enfermedades -como las neurodegenerativas, hepáticas y cardiacas, explica la doctora Linka Matos, anestesióloga con una especialidad en manejo de dolor intervencional y medicina regenerativa, quien lleva unos diez años ejerciendo esta disciplina.


“La medicina regenerativa es relativamente nueva. Básicamente lo que nosotros hacemos es utilizar terapias biológicas para tratar diferentes condiciones. La mayoría de los casos que trabajo son de personas con problemas músculo esqueletales, de nervios y cosméticas -desde una cicatriz que está muy fea o que es dolorosa, o para mejorar aspectos físicos que ayude a la persona sentirse y verse mejor”, describe la anestesióloga.


Un concepto que promueve el tratamiento de las causas subyacentes de una enfermedad mediante la reparación, reemplazo o regeneración de las células dañadas en el cuerpo. Para ello, explica la doctora Matos, se pueden utilizar células madre, biomateriales y otras moléculas para “reparar las estructuras del cuerpo que no funcionan adecuadamente debido a una enfermedad, trauma o lesión”.


Para los tratamientos, la anestesióloga utiliza terapias con células, ya sea autóloga (del mismo paciente) o que procedan de una placenta (alogénica), que normalmente vienen de un cordón umbilical, que son las que tienen una capacidad mayor de regeneración y reparación. No obstante, explica que, usualmente, la célula autóloga tienen una capacidad de regeneración y reparación limitada “solo repara ciertos tejidos porque al ser de una persona adulta son más viejas y no tiene la potencia que se desea”.


Sin embargo, si se usan células alogénicas, que vienen de una placenta, al ser más jóvenes, tienen una capacidad de regeneración y reparación superior.


“Si son células autólogas, hay dos procedimiento que se puede hacer. Uno es el famoso PRP, (plasma rico en plaqueta) que tiene un concentrado de plaquetas, pero no son células madre, aunque, erróneamente, algunos lo llaman así. Eso más bien se utiliza para algunos tejidos blandos en pacientes con lesiones deportivas. El otro procedimiento sería un aspirado de la médula ósea, que sí tiene células madre. Esto se hace bajo anestesia local en un procedimiento mínimamente invasivo”, explica la doctora Matos, quien destaca que hoy día se consiguen productos alogénicos (células madre) que se compran a laboratorios que están regulados por la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA).


“Vienen de laboratorios que procesan estos tejidos del cordón umbilical y ya es una cantidad más concentrada. Al paciente no hay que sacarle ningún tejido ni una muestra de sangre o de médula ósea. Solo tienes que llegar a la oficina y esa inyección se pone el día en que el paciente llega al procedimiento después de una evaluación”, explica la anestesióloga.


La doctora Matos explica que son células que se pueden convertir en tejido del pulmón, hígado, páncreas, riñón, músculos, ligamentos, tendones, hueso, cartílago y nervios, por lo que tienen una capacidad de regeneración de casi cualquier tejido en el cuerpo y por eso ayuda a tratar casi cualquier condición de salud.


De hecho, estas células madre también son conocidas como las “células maestras” del organismo, debido al potencial de reparar, restaurar, reemplazar y regenerar.


“Usualmente, debido a que mi campo es la parte músculo esqueletal y nervios, inyectamos en áreas como una articulación. También pueden ser inyecciones perineurales, que se ponen muy cerca del nervio, o inyecciones intratecales que son mucho más especializadas para pacientes con ciertas condiciones neurológicas. Por ejemplo, pacientes con demencias, derrames cerebrales o que tengan déficits neurológicos, entre otros”, indica la doctora Matos, mientras pone el ejemplo de una articulación de la rodilla que ha perdido cartílago, lo que causa mucho dolor.


En esos casos, explica que una inyección de células madre del cordón umbilical directa a la rodilla puede ayudar a crear tejido nuevo y, a la vez, aliviar el dolor. “La mayoría de los pacientes se van muy bien con una sola inyección”.


Sin embargo, dice que nunca quiere crear muchas expectativas. Por eso, el mensaje que siempre ofrece en conferencias y a sus pacientes es que tan pronto sientan un dolor o que algo no está bien, les hagan caso porque “son mensajes que el cuerpo está dando y todo a tiempo es más fácil tratarlo”.


De hecho, resalta que no es lo mismo tener un cartílago que está empezando a dañarse o tener uno muy dañado o que ya no esté. Aun así, asegura que a su consulta llegan personas con rodillas en muy mal estados y que llevan tiempo dándole largas al asunto porque no se quieren operar.


“Normalmente logramos un buen resultado, aunque esa articulación esté severamente dañada. Es una terapia excelente, el paciente no tiene que entrar a cirugía, que sabemos hay unos riesgos mayores, versus una inyección. Lo chévere de esto es que casi todo paciente es candidato a este tipo de procedimiento”, asegura la doctora Matos, al señalar que atiende a una población muy variada. Desde pacientes para tratamiento contra el dolor, hasta los que llegan para procedimientos cosméticos y los que buscan sentirse mejor con suplementación vitamínica o reemplazo hormonal, entre otras opciones.


“Es que todo está integrado, no es solo poner una inyección y ya; es ver cómo están los niveles de vitaminas. Por ejemplo, la vitamina D, que según los niveles aceptados debe ser 30 o más, pero ahora se sabe que debe estar en 100 para poder estar protegido inmunológicamente. Hemos visto y está documentado, que pacientes con deficiencias de vitaminas, tienen más dolor. Todo esto es una forma integral de poder tratar al paciente y que pueda funcionar mucho mejor. Así que nos encargamos de que todo esté en orden”, afirma la especialista.


Son tratamientos y procedimiento que, hasta ahora, no está cubiertos por los planes médicos debido a que los consideran terapia experimental. Y no son económicos. Pero el costo va a depender, según Matos, de la condición del paciente, del procedimiento y de la cantidad de células que necesite.


Por ejemplo, explica que no lleva la misma cantidad uno que se va a poner un suero intravenoso de células versus alguien que se va a inyectar la rodilla. De la misma forma, no todos los pacientes van a necesitar células madre alogénicas.


“Hay muchos otros productos, como péptidos -que son proteínas-, más económicos. Todo va a depender del presupuesto y lo que la persona se quiera hacer, pero siempre hay diferentes alternativas. Tengo diferentes tipos de ‘paquetes’ (ofertas) de seis meses de tratamiento que incluye evaluación, procedimiento, visitas médicas, terapias intravenosas y otras terapias que se hacen previo a la inyección de las células”, agrega.


En términos de riesgos, la doctora Matos explica que todo procedimiento, por más simple que sea, siempre conlleva algunos. “Pero te diría que el 99.9% de los procedimientos que hago son mínimamente invasivos, son con inyecciones, lo que minimiza mucho todo lo que serían efectos secundarios de sangrado o infección, así que las complicaciones son sumamente bajas”.


De la misma forma, resalta que hasta ahora no recuerda que le haya denegado una intervención de este tipo a alguien debido a una condición médica. Es más, comenta que, en agosto del año pasado, ella y un grupo de colegas sometieron un “Institutional Review Board (IRB)” para hacer un estudio sobre el uso de células madre del cordón umbilical en pacientes de COVID-19. “Estuvimos trabajando en algunos hospitales en el área metro y con muy buenos resultados”.


Tratamiento efectivo


Algunas enfermedades que, según la doctora Linka Matos, se benefician de la medicina regenerativa:


Osteoartritis

Artritis reumatoidea

Lupus

Neuropatías

Debilidades neurológicas

Derrames

Hipertensión

Defectos en la piel

Cicatrices

Úlceras

Quemaduras

Rejuvenecimiento de la piel

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