Salen 2 sanos del Moscoso Puello donde las camas UCI están llenas

Nairobi Núñez

Santo Domingo, RD/DIARIO DE SALUD.- Con una hoja de papel en sus manos en el que se leía: “superé el Covid, gracias a Dios” y la alegría notoria en su cara, una de los cientos de pacientes que han pasado por el hospital Moscoso Puello vio ayer nuevamente  el rostro de sus familiares tras sobrepasar la dura enfermedad, luego de varios días interna.

Su hija, Francia, (nombre que  se escuchó desde la voz de una conocida) se acercó rápidamente a la puerta del centro y al ver a su madre salir solo manifestó “ay mami, por fin”, al momento en que la vio en la puerta del centro médico, ocasión que aprovechó para regalarle un ramo de flores.

Solo se apreciaba  el rostro de ambas que no podían ocultar la gran felicidad que sentían, y por la misma satisfacción casi olvidan pedir un vehículo para el regreso a casa. “Pida un taxi”, decía un enfermero.

Mariela Beltré quien se encontraba en las afueras del área Covid, igualmente esperando a su padre afectado  por el virus desde hace 30 días, reflejaba su gran conmoción por el acto presenciado.

“Wow, yo me siento tan feliz por Francia”,  expresó  y fue ahí cuando de manera obvia se supo que ese es el nombre de la hija de la paciente que fue dada de alta.

“Yo la conocí a ella aquí”, dijo al referirse a la joven.

Deseando nunca más volver a la unidad de Covid del referido centro médico, Francia se afanaba en hacer las gestiones de transporte para su madre.

Entre los nervios de sacar a su madre del lugar, en donde pasó más de 20 días de su vida internada; Francia y su progenitora solo esperaban al taxista para poder llegar y gritar a todo pulmón: “mi mamá venció el virus del Covid-19.

Otro sobreviviente del Covid sale del hospital
Otra de las personas afectadas por el virus fue David D´ oca, quien tenía una afección pulmonar que lo tenía bien aquejado de salud desde hace varios días.

Me siento nuevo
“Me siento nuevo”, así se expresó al momento de ser dado de alta del área de Covid en el hospital  Luis Eduardo Aybar, luego de permanecer  14 días interno a causa del virus en el referido centro de salud.

Este sobreviviente del virus mientras era traslado en una silla de ruedas  y a la espera de su hijo para dirigirse a su casa, con sus ojos trasnochados manifestó su gratitud con Dios y con el personal, quienes de manera desigual  le brindaron toda la atención requerida para su mejoría.

“Debo mi vida, primero a Dios, segundo a este centro.  Aquí me dieron un trato muy profesional desde la ambulancia hasta el personal…no hay paga para lo que ellos hacen”, expresó.