Sevilla.- Comienza el verano, y con ello las esperadas vacaciones. La aparición de una infección de orina puede hacer que se alteren nuestros planes y ocasionarnos un mal recuerdo. Precisamente en la época estival aumenta significativamente su incidencia, especialmente en mujeres.
Por ello, el Dr. Gutiérrez, experto en urología del Hospital Viamed Santa Ángela de la Cruz, destaca la importancia de saber en qué consisten y de conocer las medidas que se pueden tomar para prevenir su aparición.
Denominamos cititis a la inflamación de la vejiga, cuya causa más frecuente es la infección ocasionada por bacterias. A diferencia de lo que muchos creen, estas bacterias no llegan «desde fuera», como puede ser una piscina o tras orinar en un retrete, sino que habitan en la zona genital y perianal.
En la mayoría de los casos, estas pautas resuelven la infección, pero hay casos de infecciones complicadas, que cursan con fiebre, o cistitis de repetición, definidas por la presencia de 2 o más infecciones en seis meses o más de tres en un año. Ante estas situaciones, se recomienda la valoración por un especialista en urología, ya que son necesarios estudios de imagen y de laboratorio para descartar otras patologías subyacentes.
Cuando las infecciones urinarias están claramente ligadas a las relaciones sexuales, es posible iniciar una profilaxis mediante la administración de una dosis de antibiótico de manera postcoital.
Sustancias como los probióticos, la vitamina C, la D-manosa o la proantocianidina, presente en los arándanos, actúan como profilaxis y como coadyuvantes de los tratamientos antibióticos, aumentando así su eficacia.
Si bien, como aseguran desde Viamed, hay situaciones especiales, como son los pacientes inmunodeprimidos, la diabetes, las enfermedades oncológicas y la enfermedad litiásica, entre otras, que pueden conllevar que las infecciones urinarias sean más severas. En estos casos y en las cistitis de repetición, es posible realizar tratamiento preventivo mediante vacunas orales frente a los uropatógenos presentes en la orina.
El ácido hialurónico, administrado periódicamente de manera intravesical, posee mucha eficacia en la reparación de la superficie de la vejiga tras la cistitis.
Las mujeres postmenopausicas se pueden beneficiar del tratamiento mediante óvulos vaginales con estrógenos de efecto local, como la prasterona, para corregir los signos y síntomas de la atrofia vulvovaginal.
Unas leves modificaciones en nuestros hábitos cotidianos pueden hacer que evitemos estos problemas:
1.Beber al menos entre dos y tres litros de líquidos al día.
2.Evitar el estreñimiento mediante una dieta rica en frutas y verduras.
3.Orinar con frecuencia, al menos cada dos o tres horas durante el día.
4.Orinar después de las relaciones sexuales.
5.No usar ropa muy ajustada y usar ropa interior transpirable de algodón.
6.Evita la humedad cambiando con frecuencia la ropa mojada.
7.Usar gel de pH neutro para lavar la zona genital, perineal y perianal y limpiar y secar la zona genital de delante hacia atrás.
8.Evitar las duchas vaginales y el abuso de tampones y diafragmas.
9.Usa antibióticos solo bajo prescripción médica y cumplir las pautas prescritas.
10.Consulta con el urólogo en caso de infecciones repetitivas o complicadas.
Escribe tu comentario