REDACCIÓN MÉDICA.- La vacunación masiva no solo podría tener efectos de protección en cuanto a la inmunización de la población sino que también produciría un beneficio colateral en relación a aquellos que todavía no han recibido el tratamiento. Es una de las principales conclusiones extraídas de un estudio realizado en Israel que analiza la relación entre la tasa de vacunación a nivel comunitario y el riesgo de infección entre no vacunados.
Así, los positivos en infección de los no vacunados disminuyeron en proporción a la tasa de vacunación de cada cohorte analizada. Los contagios disminuyeron especialmente en aquellas comunidades en las que había una mayor cantidad de población joven vacunada, siendo "poco significativa", cuando la edad de los inmuniazados traspasaba los 66 años.
"Nuestro análisis muestra una asociación negativa fuerte y robusta entre la vacunación de adultos en la comunidad y una disminución posterior de la infección de la cohorte de paciente smás jóvenes", concluyen los investigadores, a favor de realizar estudios posteriores que ayuden a comprender si las campañas de vacunación podrían respaldar la perspectiva de la inmunidad colectiva y la erradicación de la enfermedad.
Los investigadores tomaron como premisa la "alta eficacia" demostrada por la vacuna Pfizer – BioNTech a la hora de prevenir enfermedades e infecciones a nivel individual y comunitario, así como en campañas de vacunación en la vida real. Además, aquellos individuos infectados con SARS-CoV-2 tras inocularles el fármaco, reflejaron una carga viral menor. Los científicos advierten que dicha efectividad puede redundar, según qué casos en un aumento de la transmisión, debido a una relajación de las personas ya inmunizadas, que pueden ser menos conscientes de las medidas de distanciamiento social o saltarse las cuarentenas en caso de contacto estrecho.
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