EL DIA.- Cada vez hay más personas que hablan de estrés laboral cuando les preguntan sobre trabajo. Hay muchas personas para las que el empleo añade significado a sus vidas y contribuye de forma positiva al desarrollo de su identidad.
Pero otras consideran su ocupación como un conjunto desagradable de obligaciones. Tareas que califican como irrelevantes, monótonas y demandantes, lo que hace que sean víctimas del estrés laboral.
Más allá de las preferencias que tengamos cada uno de nosotros a nivel laboral, el estrés puede aparecer tanto en unas ocasiones como en otras. Es una situación que acaba repercutiendo sobre la salud, especialmente si este estrés es sostenido o con picos de intensidad muy fuertes.
“Lo que los seres humanos necesitamos no es vivir sin tensiones, sino sentir y responder con energía a la llamada de esa labor que nos espera para poder realizarnos”
-Victor E. Frankl-
¿Qué es el estrés laboral?
No todas las personas presentamos la misma capacidad de adaptación a las circunstancias estresantes. Esta capacidad está condicionada por los diferentes factores genéticos, los rasgos de la personalidad y las condiciones físicas y mentales de cada uno de nosotros.
El estrés relacionado con el ámbito laboral podemos definirlo como el conjunto de reacciones emocionales, cognitivas, fisiológicas y del comportamiento relacionadas con ciertos aspectos adversos de la organización, contenido o entorno del trabajo. Este estado se caracteriza por elevados niveles de excitación y angustia, con una frecuente sensación de no poder hacer frente a la situación.
El estrés laboral es un estado de tensión física y psicológica producido por el desequilibrio existente entre las demandas que plantea la organización del trabajo y el medio laboral, y los recursos de los trabajadores para hacerles frente.
Un factor que cada día cobra más importancia es el desequilibrio entre las expectativas sobre lo que debe ser el trabajo y las realidades en el mundo laboral. Existe en ocasiones un gran abismo entre las creencias o el ideal representado y la realidad. Así, cuanto más inalcanzables o menos realistas sean las aspiraciones, más altas serán las probabilidades de sentirse defraudado y ser vulnerable a los efectos nocivos del estrés.
Estos son los síntomas más frecuentes, señales que indican que una persona puede estar padeciendo estrés laboral:
Es importante que para disminuir nuestros niveles de estrés pongamos en marcha algunas estrategias básicas, como las que señalamos más adelante. Pero si la situación persiste en el tiempo y nos vemos incapaces o con dificultades para hacerla frente, lo más adecuado es acudir a un profesional, para que con su ayuda podamos superar nuestro problema.
Normalmente, las intervenciones utilizadas se caracterizan por ser de tipo cognitivo-conductual como el afrontamiento del estrés, la reestructuración cognitiva, la terapia racional emotiva y el ensayo conductual. Desde la perspectiva cognitiva se enfatizará trabajar con las cogniciones erróneas, las expectativas irreales y las falsas esperanzas.
Dentro de las técnicas y programas dirigidos al estrés laboral podemos destacar también las estrategias de afrontamiento de control o centradas en el problema, el entrenamiento en solución de problemas, el entrenamiento en asertividad y el entrenamiento en gestión del tiempo.
Así, a nivel individual se trataran de mejorar los recursos de protección o de resistencia para optimizar el afrontamiento a los estresores típicos del ambiente laboral y potenciar la percepción de control, la autoestima y el nivel de autoeficacia personal.
A continuación, señalamos algunas pautas para reducir los niveles de estrés elevados en el ámbito laboral:
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