Política criolla: Como los guantes de mi Tía Dora

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Doctor Frank Espino


Por Dr. Frank Espino


“El mundo no está  en peligro por las malas personas sino por aquellas que permiten la maldad” Albert Einstein


Analizando lo que sucede en la política dominicana en todos los niveles, (no importa los personajes, ni partidos políticos) tiene mucha similitud a una anécdota familiar.


Pues he visto que mientras algunos “tontos” son utilizados como carne de cañón, los que tiene la responsabilidad de dirigir  desde los altos estratos, ponen en situación de peligro no solo a los que creen en sus líderes sino  también, a las reglas  democráticas y la deliberación de elegir y ser elegido. Son unos señores, que tienen (nadie lo duda) súper  poderes dominantes económicos-políticos y se convierten en tiranos mentales de los “débiles” pero no se dan cuenta que esta actitud es un boomerang.  


¡El país no sale de una crisis permanente!  ¡La ambición desmedida, no permite que se tenga una correcta visualización del presente ni del futuro!


Pues como les decía, esta situación lo comparo con la anécdota que les había hecho mención.


Mi tía Dora, era una mujer del siglo XX,  con un pensamiento sano, como era propio de esas generaciones que nos vio nacer y crecer. Por circunstancias propias de la superación familiar, sus hijos tuvieron que salir al extranjero, en busca como cientos de dominicanos, de una mejor vida  y supervivencia.


Una de mis primas,  tenía unos niños muy pequeños.(8 y 7 años respectivamente) Al irse a EE UU dejó en mano de mi Tía, el cuidado de los vástagos. Como comprenderán ustedes, los nietos se sienten muy apoyados por los abuelos, y estos los complacen más que los progenitores.


Al igual  todos los niños sanos, estos eran muy inquietos, lo que por la gran movilidad y energía propia de esa edad, a mi Tía Dora, se le hacía imposible poder contener las travesuras.


Esto la llevó a solicitar a amigos  y familiares algunas sugerencias para que los muchachos tuvieran una ocupación cuando regresaran de la escuela y que no terminaran en riñas.


Como este es un país beisbolero, muchos  sugirieron que  los chicos había que comprarles un par de “guantes”, para que se ejercitaran. Tía, no tenia cocimientos de equipos deportivos. Fue a la tienda del “Reguero” de la Calle del Sol de aquí de Santiago,  le pidió al vendedor lo que le habían sugerido, como ella no fue específica le dieron  los dos pares de guantes, pero ¡Ah sorpresa! no eran para jugar  pelota, sino de boxeo! Cuando les hizo entrega en la casa del “regalo” ¡los muchachos se miraron frente a frente en actitud desafiante, ante la inocencia de Dora!


¡Este regalo convirtió la casa en un ring! ¡Entonces en vez de apaciguar, se colocaron ambos los guantes y se cayeron a trompadas! ¡Salió la abuela desesperada buscando ayuda de algún “réferi” para desapartarlo! Lo que hizo fue que “la cura salió más grave que la enfermedad”


Esto lo podemos extrapolar a nivel nacional, y se darán cuenta, que los que tienen el poder de realizar la diafanidad, la tranquilidad entre sus adeptos, al igual que mi Tía Dora, en vez de darles “guantes de baseball” le entrega “guantes de boxeo”  lo que se traduce como indisciplina, mal comportamiento, y una aptitud digna de no imitarla. 


Este “juego”; solo nos  puede llevar a fracaso personal, institucional, colectivo, estatal, y por ende un país sin fe el  futuro, y sin esperanza es sus líderes. Por eso, la política dominicana está igual que “los guantes de mi Tía Dora”


El autor es médico, escritor  y profesor universitario

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