Mi esposa me tiene en zozobra

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Soraya Lara de Mármol 223x300


Por Soraya Lara de Mármol

Correo: soraylacaf@hotmail.com


Pregunta del lector:


Mi esposa me tiene en zozobra; dice que quiere separase de mí, pero en otras ocasiones expresa sus deseos de que nos demos una oportunidad. Me dice que quiere darse la oportunidad. Percibo su rechazo cuando me acerco o intento demostrarle cariño. Vuelven a su memoria los recuerdos de agravios míos que le generaron sufrimientos. ¿Qué puedo hacer?


Respuesta de la terapeuta:


Entiendo su confusión. La ambivalencia afectiva tiende a ser preocupante para quien la siente y la padece por exposición.


En primer lugar, hay que tomar en cuenta que el amor es espontáneo y es el resultado de un proceso que se inició con el enamoramiento y las emociones sentidas durante ese periodo.


El enamoramiento dura aproximadamente tres años, dice el doctor en neurociencias Eduardo Calixto. Luego, se inicia el proceso de conocerse con profundidad y establecer el vínculo del apego, que se fortalece por el intercambio de los méritos ganados y acumulados.


Así como se acumulan méritos, suceden con los desméritos. Estos últimos aparecen cuando la pareja percibe que sus expectativas, deseos y fantasías no fueron satisfechos.


Las personas comienzan a sentirse decepcionadas, tristes y desesperanzadas. La actitud de distanciamiento aumenta. La indiferencia afectiva aparece y estar junto a la pareja no es el propósito.


Si la persona mantiene pensamientos desalentadores del pasado revive las situaciones como si estuvieran ocurriendo en ese momento, malestar que impide ver los cambios y lo que acontece en el aquí y el ahora.


Sus pensamientos disminuyen los neuroquímicos como la dopamina y la serotonina y dan paso a los sentimientos de tristeza. La persistencia de los pensamientos que generan sensaciones desagradables mantiene el pasado vigente y conduce a la desesperanza, la falta de ánimo y a mantener una actitud de desvinculación.


Se convierte en un círculo vicioso que impide ver en el otro el esfuerzo realizado para retomar la relación. Sus respuestas serían: “Cuando quería no lo hiciste”, “Ya es tarde”, “Si hubiese ocurrido antes”, “Me cansé de esperar que cambiaras”. Estos y otros pensamientos invalidan los intentos.


No obstante, sus intenciones de recuperar la relación quedan invalidadas si la pareja no tiene la misma intención. Por lo menos, le quedará la satisfacción de haberlo intentado.


Mantener una relación satisfactoria y crecer como personas y pareja, requerirá de la buena voluntad de ambos y del compromiso para reconstruir el presente dejando atrás el pasado.

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