Salud universal: ¿Un derecho o un favor?

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Faringthon


Por Dr. Luis Faringthon


La cobertura universal de salud se establece como parte del derecho a la salud como está contemplado en nuestra constitución y tiene valores como, la equidad y la solidaridad. El derecho a la salud se reconoce en nuestra constitución y orienta el desarrollo de estrategias, planes, y políticas de salud y protección social.

 

Existen grandes diferencias en la el acceso y la cobertura de la salud coartando la solidaridad que se plantea como valor orientador de la protección social y la equidad previendo estos servicios en condiciones de mayor vulnerabilidad y que mejoren su situación a través de la redistribución de la riqueza desde los más favorecidos.


En cuanto a las autoridades se debe tener claro que significa el término ‘rectoría’ se refiere a la capacidad de liderazgo de las autoridades de salud para conformar y apoyar una acción colectiva que permita la creación, el fortalecimiento o el cambio de las estructuras de gobernanza del sistema de salud, las diferencias radican tanto en la forma en que las autoridades de salud ejercen la rectoría como en el tipo de innovaciones respecto a la gobernanza que se plantean como motores de la transformación de los sistemas de salud.


El Estado debe garantizar la salud de calidad, oportuna y plena, organizando y promoviendo iniciativas intersectoriales que aborden los determinantes sociales de la salud mediante el fortalecimiento de los sistemas de protección social que conlleven al establecimiento de un sistema garantista de la salud de la población.


El sistema de redes pueden tiene tres categorías de normas: organización del sistema de salud, las de gestión y las de atención. Las primeras definen dónde se realizan las prácticas de salud (En hospitales, en centros de diagnósticos especializados, en el primer nivel de atención), sistemas de referencia y contrarreferencia es como se coordinan los servicios y organizaciones entre los niveles de atención, y cómo se asignan y gestionan los recursos (financieros, humanos y materiales) en la red de servicios de salud y por último la gestión comprenden la programación de los servicios entre otras.


La cobertura de salud originalmente se concibió asociada a las condiciones de empleo y, en consecuencia, dio origen a la segmentación del sistema de salud, característica que hasta hoy afecta al desempeño de los sistemas de salud, pues este precepto viola los principios de la cobertura universal de la salud. Pero además los beneficios deberían ir a la clase pobre desempleada, no pudiente, en búsqueda de la solidaridad, pues el sistema esta sostenido sobre los asalariados e independientes. Y buscando la equidad para igualar los beneficios en salud obtenidos por uno y otro grupo poblacional.


La profesionalización se refiere a la regulación profesional de las actividades de los actores que intervienen en la producción de los servicios de salud. Se requieren nuevas definiciones de profesiones, con perfiles, incumbencias y especializaciones alineadas con los desafíos de la construcción de los modelos de atención integrales e integrados, centrados en las personas.


Los objetivos de políticas públicas deben promover el acceso universal a la salud y la cobertura universal de la salud, pero estos requieren de estrategias activas que fortalezcan la rectoría de las autoridades de salud y la participación de los actores. Por esta razón, se requiere profundizar las políticas de medicamentos, recursos humanos en salud, adoptando mecanismos de regulación que garanticen el equilibrio entre los elementos convergentes y las necesidades de salud y los objetivos de la política social con equidad, solidaridad y garantía del derecho a la salud. 

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