Bebés lactados son más felices e inteligentes

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SANTO DOMINGO/ DIARIO DE SALUD.-- La leche materna debería ser el alimento exclusivo de un bebé durante sus primeros seis meses de vida, y a partir de entonces, complementarla con una dieta rica en vegetales, frutas y proteínas.


Esa es la recomendación del doctor Robert Murray, profesor de pediatría y nutrición humana de The Ohio State University, de los Estados Unidos, quien impartió una conferencia magistral en la segunda Cumbre Pediátrica Abbott, que tuvo lugar el pasado fin de semana en un hotel de Punta Cana, con la participación de 170 pediatras de Centroamérica y el Caribe.


Según Murray, la leche materna envía señales al cuerpo, al cerebro, al metabolismo y al sistema inmune, que ayudan a establecer una base nutricional sólida para el niño.
Sostiene que la lactancia no sólo incrementa la materia blanca del cerebro, sino que algunos estudios de comportamiento también demuestran que los bebés amamantados son más felices.

Falta de apoyo desencanta a madres

El médico afirma que aunque en los Estados Unidos el 75% de las mujeres lactan a sus hijos mientras están hospitalizadas, muchas suelen abandonar la práctica tras ser dadas de alta, principalmente, por falta de apoyo de su núcleo familiar; de ahí la importancia de que los médicos, enfermeras y familiares ayuden a la madre a establecer la lactancia durante las primeras semanas.

“La decisión de dar lactancia materna ocurre durante el embarazo, entonces es importante dar consejería a las mamás jóvenes antes del parto, o entre un embarazo y otro, sobre el valor de la lactancia materna. Aunque la fórmula que se les da en las clínicas puede influir en la toma de decisión, lo más importante es la falta de apoyo a la madre para dar lactancia materna, no sólo en el hospital, sino en las primeras semanas de nacido. Cuando hay mucho dolor, la madre está cansada, entonces dejan de dar leche”, afirma el especialista estadounidense.

Por otro lado, Murray advierte que la falta de hierro es una de las deficiencias más frecuentes de los lactantes, por lo que recomienda a las madres proveer este mineral a los infantes, ya sea mediante alimentos que lo contengan o suplementos.

Afirma que la leche sigue siendo la fuente número uno de nutrientes para el niño hasta el segundo año de vida, por lo que si la madre no puede continuar lactando, existen fórmulas especializadas para esta etapa que deben acompañarse con alimentos ricos en nutrientes.

Riesgos de desarrollo cognitivo

Advierte que los riesgos de una alimentación inadecuada durante la primera infancia, se reflejan en el bajo peso, estatura, así como en el sistema inmune y la inteligencia.
“El cerebro en los primeros meses de vida tiene un crecimiento increíble, muy rápido. Aunque el niño no muestre problemas de ganancias de peso o estatura, si la calidad de la dieta es mala, hay riesgos de desarrollo cognitivo de por vida”.

Otro de los temas tratados durante el evento internacional, auspiciado por los laboratorios Abbott, fue el de los trastornos gastrointestinales funcionales en los infantes, a cargo del profesor de pediatría y especialista en gastroenterología pediátrica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Amsterdam, Marc A. Benninga. También disertó el doctor Yván Vandenpla, del Hospital Universitario de Bruselas.


Estreñimiento, cólicos y reflujo son normales


Los cólicos, el estreñimiento y la regurgitación o reflujo son las principales afecciones gástricas funcionales del lactante, que aunque no son considerados como anomalía o enfermedad, suelen ser de los principales motivos de consulta, según explicó Marc Benninga a periodistas de distintos medios de comunicación. De estas tres dolencias, el especialista, considera que sólo el estreñimiento amerita medicación, a través de laxantes, pues las otras dos suelen desaparecer de manera espontánea hacia los tres años. Afirma que frente a estos trastornos que tanto preocupan a las madres, muchos médicos suelen recomendar el cambio de leche, dar tratamiento antirreflujo o fórmulas alergénicas con prebióticos, lo cual no da resultados. Indica que si el bebé crece adecuadamente, no hay por qué alarmarse, a menos que se presente la enfermedad del reflujo, que se manifiesta con falta de apetito, vómitos con sangre y broncoaspiración. 


Sostiene que en el caso del estreñimiento, dolencia cada vez más común en los lactantes, la administración de laxantes contribuye a su desaparición en apenas dos meses. 


 

Fuente: EL CARIBE DIGITAL

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