Los padres pueden lograr que los niños consuman vegetales cuando no hay tiempo para comer en familia

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POR LISA RAPAPORT (REUTERS HEALTH) - La mesa familiar es un recurso efectivo para que los niños aprendan a alimentarse de manera más saludable, pero existen otros trucos que los padres pueden probar cuando no todos pueden sentarse a comer, de acuerdo con un nuevo estudio.


Una encuesta a 2500 adolescentes de Minnesota revela que los niños consumen más frutas y verduras en los hogares donde las comidas en familia no son muy frecuentes cuando esos productos están listos para comer y si ven que sus padres tienen la costumbre de consumirlos.


"Hallamos que, ante la falta de la costumbre de la mesa familiar, estas otras prácticas de crianza están asociadas con el consumo de frutas y verduras en los hijos adolescentes", dijo la autora principal, Allison Watts, de la Facultad de Salud Pública de University of Minnesota, Minneapolis.


"Su efecto independiente superaría a las comidas familiares y la combinación de la costumbre de comer en familia y las prácticas de crianza saludables era la más asociada con el consumo adolescente de frutas y verduras", destacó.


"Esto quiere decir que cuantos más de estos recursos positivos implementen los padres en casa, mayores serán los beneficios", agregó Watts.


Su equipo analizó los datos de la encuesta del 2010 a estudiantes secundarios de Minneapolis y el área metropolitana de St. Paul. Los adolescentes comían 3,7 porciones de frutas y verduras por día, menos de las cinco recomendadas en una dieta saludable. Con las comidas en familia frecuentes, esa cantidad crecía a 4,2 porciones diarias de frutas y verduras.


Un tercio de los adolescentes comía en familia dos veces o menos por semana y consumían 3,3 porciones de frutas y verduras por día.


Esos adolescentes tendían a ser de sexo femenino, afroamericanos y de hogares pobres respecto a los que cenaban con sus padres y hermanos de manera regular.


Independientemente de estas prácticas, los adolescentes consumían media porción más de frutas y verduras por día cuando esos alimentos estaban cortados y en sitios accesibles de la cocina o la heladera, publica el equipo en Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics.


La manera en la que los padres se comunicaban con sus hijos y conversaban sobre la comida dejó de influir en el consumo de frutas y verduras, tras considerar la frecuencia de las comidas familiares y otras prácticas saludables.


El estudio es observacional y no prueba que la mesa en familia o la disponibilidad de las frutas y las verduras promuevan hábitos saludables en los niños.


Aun así, los resultados describen una diferencia en la forma en que comen los adolescentes asociada con los ingresos familiares, opinó Sarah Clark, del Hospital de Niños C. S. Mott de la Universidad de Michigan y que no participó del estudio.


FUENTE: http://bit.ly/2i5YN8H

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