Peinan colmados por venta ilegal de estimulantes sexuales en RD

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RD/DIARIO DE SALUD.- La visita de inspectores de la Dirección General de Medicamentos, Alimentos y Productos Sanitarios (Digemaps) a un establecimiento comercial suele poner los “nervios de punta” a quienes ponen en riesgo la salud de la población con las ventas de productos de consumo humano falsificados, descontinuados o vencidos.

Desde un labial hasta un analgésico, si toca el tema sanitario, esta dirección adscrita al Ministerio de Salud Pública tiene competencia en el control, fiscalización y vigilancia de medicamentos, alimentos, bebidas, cosméticos y artículos de higiene personal.


Como parte de sus labores de fiscalización o vigilancia, un equipo entrenado sale a las calles a validar que lo que se está vendiendo es exactamente lo que se aprobó en el registro sanitario o si el establecimiento está autorizado para su expendio.


Los operativos de control se realizan a diario y entre las mercancías decomisadas nunca se quedan los estimulantes sexuales que se venden en colmados en violación a las normas sanitarias, según explicó el titular de la Digemaps, Leandro Villanueva.


Todos los días se retienen entre tres a diez cajas de estos peligrosos potenciadores sexuales por venderse de manera clandestina en puntos no autorizados, que en la mayoría de los casos no cuentan con registros sanitarios.


Néctar de Amor, Troyano y Power Spring son de los más comunes, sobre este ultimo la Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) emitió una alerta para que no se comercialice. 


“Literalmente están en todos los sitios. Hay un tema ahora mismo muy recurrente que son los estimulantes sexuales que se están vendiendo en los colmados sin registro; y sin que los colmados puedan venderlo. 


Siempre que salimos, a diario recogemos este tipo de productos. En algunos casos lo que te ponen es un número de WhatsApp, no dice ni quién lo hace ni dónde”, dijo el funcionario. 


Pese al aumento en la emisión de registros sanitarios otorgados por la Digemaps en los últimos meses, persiste la venta de productos de consumo sin este tipo de autorización comercial. 


Este número oficial impreso en la etiqueta es la garantía de que el mismo fue revisado, avalado y depurado por la Digemaps.


En otras palabras, este registro funciona como un código de rastreabilidad que les permite a las autoridades sanitarias identificar quién fabrica el producto, dónde y bajo cuáles condiciones es elaborado. 


De acuerdo con Villanueva, en lo que va de año la Digemaps emitió 9,251 registros sanitarios, cantidad que casi duplica los permisos emitidos en el 2020, período en que se autorizaron 5,500. 


“Anteriormente tomaba más o menos 70 días obtener un registro sanitario y ahora mismo está tomando un promedio de 31 días. 


La idea es que en un plazo de 15 a 20 días el usuario pueda tener su registro para comercializar su producto”, sostuvo.


Este servicio tiene diferentes precios. Un registro normal puede costar RD$4 000. Para su emisión, se requiere información básica del fabricante, así como de buenas prácticas de manufactura, análisis de laboratorio y la entrega de muestras para ser analizadas en el Laboratorio Nacional para comparar que lo expuesto en la documentación coincide con el resultado arrojado.


En los últimos ocho meses, la entidad ha realizado 252 inspecciones y 133 decomisos en distintos operativos. Asimismo, se procedió al cierre de 11 establecimientos y 13 allanamientos posteriores, dedicados en su mayoría a la venta de medicamentos, entre ellos distribuidoras, farmacias y locales ilegales. 


La orden de cierre del lugar se emite usualmente cuando hay un incumplimiento reiterado o si la falta es muy grave, explica el titular del organismo.


Entre las atribuciones de la Digemaps está la habilitación de laboratorios fabricantes de medicamentos y de distribuidoras de productos. Igualmente, vigilar el cumplimento de las condiciones óptimas de almacenamiento y manipulación de estos fármacos.

“Todo lo que se comercializa, nosotros le hacemos pruebas antes de que salga al mercado. También tomamos muestras aleatorias y validamos que eso que se está vendiendo es lo que nos dijeron que iban a vender. 


A veces sucede que nos dicen que es una Ibuprofeno de 500, pero sales al mercado y verificas que no es de 500, es de 275 por ejemplo”, explicó. Si se incurre en este falla, por lo regular se procede al retiro del medicamento y a la sanción del laboratorio. 


Precisamente, el expendio de medicamentos vencidos y falsificados es la denuncia más frecuente, recibida mediante canales presenciales o correo electrónico y vía telefónica.



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