¿Cuándo debemos realizar la primera revisión de la vista a nuestros hijos?

Examinar la visión de estos al nacer y durante la infancia, así como en la edad preescolar, y en los años escolares es fundamental para un correcto desarrollo en el futuro de los menores.
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DIARIO DE SALUD.- La Academia Americana de Oftalmología (AAO por sus siglas en inglés) y la Asociación Americana de Oftalmología Pediátrica y Estrabismo (AAPOS por sus siglas en inglés) destacan la importancia de la vista en el desarrollo y en el futuro de los menores. Por ello, examinar la visión de estos al nacer y durante la infancia, así como en la edad preescolar, y en los años escolares es fundamental.


También lo cree así el jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital Quirónsalud Marbella, el doctor Nabil Ragaei Kamel, quien hace hincapié en la importancia de una buena salud ocular en el niño debido a que «una deficiente calidad visual influye en el aprendizaje y en el rendimiento del menor en el colegio».


De hecho, lanza un mensaje de alerta a los padres, tras conocer los resultados de un estudio sobre salud visual en menores realizado por el laboratorio Essilor en la comunidad andaluza, en el que se avisa de que «el 19% de los progenitores reconoce no realizar revisiones periódicas a sus hijos y un 18% solo acude al oftalmólogo cuando detecta un problema«».


Servicio de Oftalmología de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, destaca que el correcto funcionamiento de la vista de los niños es fundamental para el desarrollo del niño y su capacidad de aprendizaje. «Por ello son necesarias las revisiones oftalmológicas periódicas; siendo la primera de ellas entre los 3-4 años, si no se detectasen antes problemas en la vista por parte de los pediatras o padres del pequeño», apunta.



Así, la primera revisión ocular de los pequeños puede realizarse ya tras el nacimiento «por un pediatra, un médico de familia, u otro proveedor de salud debidamente capacitado», según precisa la AAO. «Se deben examinar los ojos del recién nacido en el hospital por un pediatra, y ya más adelante, en los bebés, se debe realizar una segunda evaluación a los seis meses y al cumplir un año de edad«», apunta la institución.


En este sentido, el doctor Jiménez-Alfaro puntualiza que las primeras revisiones pediátricas tras el nacimiento y a los seis meses incluyen el estudio de las estructuras oculares, en búsqueda de malformaciones congénitas, retinoblastomas, cataratas, u otras alteraciones.


Existe un cierto consenso en la comunidad científica oftalmológica para fijar en los 3-4 años la primera revisión oftalmológica completa


«Existe un cierto consenso en la comunidad científica oftalmológica para fijar en los 3-4 años la primera revisión oftalmológica completa. Antes no suele ser necesario llevar a los niños al oftalmólogo, salvo que se detecte algo extraño, que el menor no vea bien por alguno de los dos ojos, se noten movimientos oculares erráticos, o desviaciones de los ojos en alguna posición de la mirada (estrabismo), reflejo pupilar blanquecino, o bien lagrimeo. Si nada de esto sucede antes de los 3-4, en general no suele ser necesario llevarlos al oftalmólogo», insiste.


Antes del comienzo de curso

Además, el doctor Nabil Ragaei Kamel, considera que sí podría ser necesario visitar de manera periódica la consulta del especialista debido a que, por ejemplo, hay muchos padres que no saben identificar los síntomas de la miopía, al mismo tiempo que las aconseja más allá de los 3 años antes del comienzo del curso educativo.


«Debido a las circunstancias de especial estrés que han confluido en este periodo de pandemia, algunas familias han demorado esta cita anual. Lo conveniente es que no se atrase la revisión del oftalmólogo, ya que debemos tener en cuenta que este año se han producido cambios en los hábitos de vida que han repercutido de manera directa en la salud de nuestros ojos», alerta el oftalmólogo de Quirónsalud Marbella.


Es más, resalta que ante el llamativo incremento del uso de dispositivos móviles durante este 2020 fruto del confinamiento y de las restricciones de movilidad, se ha propiciado la disminución de los enfoques a media y larga distancia, origen de la miopía en gran parte de los casos.


Por esta razón, el doctor Ragaei Kamel insiste en la necesidad de que los padres «tomen conciencia sobre la importancia de las revisiones periódicas en los niños y no esperen a que aparezcan síntomas, ya que el diagnóstico precoz en edades tempranas es fundamental».


Primera revisión oftalmológica

En la primera revisión oftalmológica, a los 3-4 años, ya comprobamos la visión que tiene el niño, su agudeza visual, lo que ve, en definitiva, partiendo del hecho de que la visión no se desarrolla completamente hasta los 7-8 años de edad, según explica el doctor Jiménez-Alfaro.


«La visión va aumentando progresivamente, y en esta primera revisión es normal que no llegue a ver el 100%. La visión debe ser también similar en ambos ojos. Cuando encontramos un descenso de visión sin causa orgánica aparente (lo que se denomina ambliopía u ojo vago) es necesario realizar un diagnóstico correcto precozmente para poner el tratamiento correcto, y recuperar la visión antes del fin de la etapa de plasticidad neuronal, en torno a los 9 años. También se estudia la refracción y la visión tridimensional y visión binocular del niño mediante test específicos», agrega el experto de Quirónsalud.


A su vez, se revisa la motilidad ocular del menor para comprobar que no existe desviación en la posición de la mirada y que todos los movimientos oculares son normales. «Si a los 3-4 años es absolutamente normal la visión del niño, se establecen una serie de revisiones periódicas para prevenir patologías oculares futuras. Y una buena pauta sería repetir este examen a los 6-7 años, y luego hacerlo de forma bianual, aprecia el jefe del Servicio de Oftalmología de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid.


Ambos expertos de Quirónsalud coinciden también a la hora de pedir calma a la población y no tener miedo si tienen que acudir a una revisión oftalmológica, dado que según resaltan, los centros sanitarios son seguros frente al contagio de COVID-19, ya que han diseñado circuitos limpios de este virus.


«Tanto el Hospital Quirónsalud de Marbella como la Fundación Jiménez Díaz cuentan con la certificación «Applus+ Protocolo Seguro frente a la COVID-19 que acreditan el cumplimiento de los estándares más exigentes a nivel internacional de desinfección frente al SARS-CoV-2», según sentencian.ABC.

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