La concentración de hormonas tiroideas T3 y T4 puede estar disminuida o incrementada en sangre por múltiples factores, conocido esto como hipotiroidismo e hipertiroidismo respectivamente.
En muchas ocasiones es asociado a autoinmunidad, o sea, anticuerpos producidos por nuestro cuerpo que erróneamente atacan la tiroides, con la consecuente alteración de la glándula, desencadenando tiroiditis de Hashimoto asociado más frecuente a hipotiroidismo con prevalencia mundial cerca del 3 %, siendo más frecuente en mujeres y mayores de 60 años; la enfermedad de Graves asociada a hipertiroidismo, es menos común en la población.
La sintomatología de hipotiroidismo va desde cansancio, fatiga, pérdida de pelo, piel seca, sensibilidad al frío, modesto aumento de peso, desánimo, hasta modificación en niveles de colesterol y presión arterial.
En cambio el hipertiroidismo se relaciona más con nerviosismo, irritabilidad, aumento de la sudoración, palpitaciones, temblor de las manos, ansiedad, insomnio, adelgazamiento de la piel, cabello fino y quebradizo y debilidad muscular, especialmente en los brazos y muslos.
Algunos pacientes con afectación ocular por hipertiroidismo autoinmune reciben esteroides o inmunosupresores.
En estos casos las medidas de prevención deben extremarse, dado que en estos casos sí están en mayor riesgo de infectarse por COVID-19 y tener enfermedades más severas.
Si ha sido diagnosticado con hipotiroidismo o hipertiroidismo, es necesario que tome sus medicamentos indicados por su endocrinólogo, ya que si no está controlado de su enfermedad puede estar en riesgo de sus complicaciones.
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