Ningún experto ponía en duda que la pandemia del nuevo coronavirus traería consigo un aumento de los casos de ansiedad. Lo que igual no esperaban tanto es que "haya una avalancha de casos de trastornos de conducta alimentaria", como ha pasado a lo largo y ancho del país. Así lo han señalado psiquiatras de distintas comunidades autónomas a Redacción Médica. Estoslo achacan a diferentes motivos, como el mayor uso de redes sociales o el pasar más tiempo con la familia, lo que implica que haya más detección.
"Detras de estos trastornos está el "haber estado encerrados en casa y con más contactos con redes sociales, en las que puede haber apología a algunas conductas de riesgo. Con el confinamiento con las familias es más fácil detectar algunas conductas nocivas. Algunos TCA, sobre todo la bulimia, son invisibles durante un tiempo. Las personas lo hace a escondidas y no se detecta", señala.
"El confinamiento ha hecho que muchas chicas pasen más tiempo en las redes sociales. Han seguido a gente para ver cómo alimentarse adecuadamente o cómo hacer ejercicio. Todo esto ha hecho que se hayan obsesionado aún más y haya aumentado estos trastornos. Se habla mucho del cuerpo", explica por su parte Marina Díaz Marsá, jefa de la Unidad de TCA del Hospital Clínico San Carlos.
Soriano Pacheco comparte esta opinión: "Todo lo que sea cultura de la imagen que fomente el cuerpo delgado, como sinónimo de éxito, puede perjudicar claramente. Es uno de los factores que está en la base de los trastornos alimentarios: la insatisfacción corporal a la que contribuyen los mensajes que nos puedan llegar en redes sociales". Habla también de cómo comparten información sobre adelgazar o cómo organizan carreras o competiciones para lograrlo en poco tiempo a través de la red. También aluden al papel que tienen los filtros de estas aplicaciones para verse con el rostro o el cuerpo que desean.
La psiquiatra del Clínico San Carlos también indica que las adolescentes no han podido distraerse con otras actividades fuera del hogagar o con su grupo de amigos, por lo que centraron su atención en ellas mismas y en compararse con las personas que ven en redes. "Ha hecho que muchas pacientes se desestabilicen", asegura.
"Muchas de las que intentan adelgazar con la hiperactividad no han podido salir a correr y han creado muchísima atención en las familias. Son dos aspectos que estén habiendo una avalancha de pacientes de trastornos con TCA que han debutado en estos momentos", señala Díaz Marsá, que asegura que esto ha ocurrido tanto en pacientes adolescentes como en adultas.
Todo esto implica que varios hospitales tengan lista de espera para estas unidades. Un problema que señalan los expertos es que ha habido una disminuición de las plazas para asegurar la distancia interpersonal. Para paliar la falta de recursos realizan más terapias grupales y utilizan el comedor terapéutico. "Allí aprenden hábitos saludables de alimentación. Eso puede ayudar a que podamos trabajar con las camas que tenemos, porque se se incrementan los casos no son suficientes", asegura González-Pinto.
Soriano Pacheco recuerda que aunque las videoconferncias han sido útiles durante la pandemia, no sustituyen de forma completa a terapias de grupo presenciales. "Necesitamos fórmulas para reducir esta mayor presión", concluye.
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