Coronavirus: quién va a salir ganando con esta crisis

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Coroanvirus 4metri

Foto: Art Streiber – August 


Por Carlos Manuel Sánchez


MADRID,ESPAÑA/ AGENCIA DPA .-A lo largo de la historia, siempre ha habido gente que ha visto hasta en las peores crisis una oportunidad. Hoy, con la crisis del coronavirus, son los laboratorios, las plataformas educativas ‘on-line’, las herramientas de teletrabajo… Pero en el ‘crack’ del 29, fue Rockefeller; en el 11S, los inversores ‘a corto’.


La crisis del coronavirus también tiene ganadores. Un puñado de empresas está saliendo a flote en el mar rojo de cotizaciones en negativo y previsiones catastróficas. Los inversores tratan de acertar cuáles serán. Por ejemplo, qué farmacéuticas se impondrán en la carrera por obtener una vacuna o por comercializar los kits de diagnóstico del COVID-19.


Entre otras compañías farmacéuticas, ha tomado ventaja la española PharmaMar (la antigua Zeltia), que sorprendió con el anuncio de que su fármaco aplidina, un antitumoral que lleva desarrollando desde principios de siglo, podría ser la base para una vacuna. Los títulos de la firma gallega se dispararon un 15 por ciento y los accionistas se frotaron las manos. Sandra Ortega, hija de Amancio Ortega, fundador de Inditex, que controla el 5 por ciento de PharmaMar, ganó casi seis millones de euros en una sola sesión. PharmaMar también ha conseguido el visto bueno para comercializar sus kits de diagnóstico en más de 30 países, entre ellos China.


Otra empresa que siempre se mueve bien en terrenos difíciles es la estadounidense Gilead, que ya dio el pelotazo con el Tamiflu durante la psicosis de la gripe A, aunque resultó ser mucho más benigna de lo que la OMS vaticinaba, y se convirtió en un peso pesado con su ‘best seller‘ contra la hepatitis C, a 84.000 dólares el tratamiento de 12 semanas. Su baza es el remdesivir, una supuesta panacea contra el coronavirus que fue desarrollada para tratar la epidemia del ébola en 2013… Y fracasó. Ahora parece que ha logrado resultados esperanzadores para infecciones respiratorias en test con animales. 


Los analistas de RBC Capital Markets no se atreven a pronosticar si la vacuna de Gilead será efectiva, aunque sí cuál será su precio: en torno a 1000 dólares (880 euros) la dosis. Vincent Muster, jefe de la Unidad de Ecología Viral del Instituto de Estados Unidos, declaró en la revista Nature: “La disposición genética, la manera de replicarse y la biología de los síndromes respiratorios de los últimos años, desde el SARS, hace que sea lógico probar fármacos ya existentes para estos coronavirus”. Se trata de reciclar ese arsenal médico hasta dar, ojalá, con la tecla. Y, de paso, hacerse con el mercado.


Todo un nuevo entorno laboral


Pero hay otra carrera en marcha y, a diferencia de la anterior, que es una prueba de velocidad, esta es de larga distancia. Y algunos inversores consideran que es una estrategia ‘win-win‘, una apuesta segura. Porque esta situación, con cuarentenas que afectan a regiones y países enteros, cierres de colegios y oficinas, salvoconductos obligatorios para viajar y acaparamiento en los supermercados, no es más que un ensayo general de los tiempos que vienen.


Los analistas financieros hacen la siguiente lectura: millones de personas deberán acostumbrarse a vivir confinadas en sus casas, de manera esporádica, durante días semanas


Los analistas hacen la siguiente lectura: millones de personas deberán acostumbrarse a vivir confinadas en sus casas, de manera esporádica, durante días o semanas. Y no faltarán ocasiones para la reclusión, bien por emergencias sanitarias, como la actual, o bien por el cambio climático, durante episodios meteorológicos extremos. También por alteraciones relacionadas con protestas y huelgas como las que ya se vivieron el año pasado en varios países, sobre todo en contextos de recesión económica; o incluso por amenazas a la seguridad ciudadana, si grandes bolsas de población se quedan al margen de la economía productiva y cada vez más ciudades emulan el modelo de São Paulo o Johannesburgo: barrios residenciales rodeados de favelas empobrecidas.


De momento, fabricantes de mascarillas y vestimentas sanitarias que impiden el contagio de virus ya están haciendo su agosto, como Lakeland Industries (trajes), Clorox (geles desinfectantes), Top Glove (guantes médicos), Kawamoto (higiene hospitalaria) o Alpha Pro Tech, que en 18 días vendió 24 veces más mascarillas de las que suele vender en un año.


También triunfan las herramientas que facilitan el teletrabajo, las reuniones a distancia e incluso que se pueda fichar desde casa, con apps como B-Manager, que son capaces de anotar las pausas del empleado en su jornada laboral o de tenerlo geolocalizado para evitar que se ‘escaquee’. 


Las empresas tecnológicas, por su propia naturaleza, son las más interesadas en acelerar la implantación de este modelo. Pero solo son la punta de lanza de un movimiento que está llamado a sustituir los desplazamientos físicos al centro de trabajo. Aplicaciones como Slack, que emulan un entorno de oficina con mensajería y la posibilidad de que el personal pueda trabajar en documentos y proyectos de manera compartida, ha sido la elegida por Twitter para estos menesteres, con Jack Dorsey, su director ejecutivo, presente en las reuniones desde una ubicación desconocida.


Plataformas educativas


¿Aulas cerradas hasta nuevo aviso? Plataformas educativas, como K12, ya se han lanzado a explicar que permiten que los estudiantes no pierdan el curso, aunque no puedan asistir a clase con la frecuencia deseable. ¿Bostezos de aburrimiento? Netflix y otros canales de streaming nos proporcionan ficción para llenar tanto tiempo libre entre cuatro paredes. ¿El cuerpo se anquilosa? Gimnasios virtuales nos dan la posibilidad de quedar con nuestros contactos para una sesión de pilates, cada cual en su casa y con su toalla. La marca Peloton, por ejemplo, comercializa bicicletas para spinning, rodillos para correr y aparatos de remo que permiten la interconexión. ¿Hay hambre? Es la gran oportunidad para que los supermercados online despeguen, sin necesidad de pelearnos por el último rollo de papel higiénico en la tienda de la esquina, uno de los artículos que primero se agotan en las compras por pánico, un hecho que ni los psicólogos aciertan a explicar.


Fuente: XLSemanal 

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