Intervención psicológica para neuropatía alcohólica

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3121554848585584Por Isabel Valerio Lora


“Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la Voluntad". Albert Einstein.

La neuropatía alcohólica es una enfermedad neurológica causada por el consumo abusivo de alcohol. Se caracteriza por una degeneración de los axones y una disminución de mielina de las fibras neurales que se encargan de controlar el sistema sensorial y el sistema motor (Yerdelen, Koc & Uysal, 2008). Esto provoca un desequilibrio en el funcionamiento del sistema nervioso, impidiendo moverse libremente y sentir con normalidad.

El consumo abusivo de alcohol deteriora los nervios periféricos, provocando fuertes dolores, temblores y sensación de debilidad. Comienza en las extremidades (manos y pies) y poco a poco se van extendiendo a partes centrales del cuerpo.

Entre las consecuencias de la neuropatía alcohólica tenemos: Caídas, ataxia de la marcha, quemadura, úlceras por presión, daños en los órganos como el corazón y los ojos, alteraciones tanto en el cerebelo como en la propiocepción (sentir las propias partes del cuerpo) debidas al consumo de alcohol. Esto puede hacer que caminar de forma correcta y sin ayuda sea prácticamente imposible.

Intervención psicológica para pacientes con neuropatía alcohólica:

La intervención debe estar basada en objetivos realistas y alcanzables, estableciendo metas semanales.

El tratamiento psicológico debe estar centrado en eliminar el consumo de alcohol o disminuirlo considerablemente. Para ello debemos motivar al paciente a asumir total responsabilidad de su tratamiento, enfocándole las ventajas obtenidas por mantenerse abstinente.

Psicoeduca sobre las consecuencias físicas, psíquicas y emocionales producidas por abusar del alcohol.

Sugiere asumir un estilo de vida saludable, alejado de lugares y personas que incentiven el consumo.

Trabaja la reestructuración cognitiva, ya que los pensamientos que tiene una persona desencadenan la acción.

Identifica factores de riesgos y factores protectores en el paciente.
Crea una red de apoyo, que será de una ayuda invaluable en el proceso.
Enseña resolución de problemas, manejo de ansiedad, control de impulsos, y prevención de recaída.

Es importante recordar, que el daño que ya se ha producido en los nervios puede ser permanente, que esta enfermedad no es peligrosa, pero puede empeorar gravemente la calidad de vida de la persona que la sufre (Kantor, 2015). 

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