Embarazadas que toman ácido fólico reducen riesgo de autismo derivado de plaguicidas en bebés

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NUEVA YORK, EE.UU/ REUTERS HEALTH) - Los hijos de mujeres que consumen suplementos de ácido fólico durante el embarazo eran menos propensos a desarrollar autismo, aun cuando las embarazadas hayan estado expuestas a plaguicidas asociados con un trastorno del neurodesarrollo, de acuerdo con un nuevo estudio.


Las mujeres que manipulaban plaguicidas en el hogar o de uso en agricultura antes y durante el embarazo, pero que tomaban una dosis alta de ácido fólico, lograron reducir a la mitad el riesgo de que sus hijos desarrollaran autismo versus las mujeres tratadas con bajas dosis de la vitamina, según explicó Rebecca Schmidt.


"Si existe la posibilidad de estar embarazadas, las mujeres deberían tomar ácido fólico y evitar el contacto innecesario con plaguicidas", dijo Schmidt, epidemióloga y profesora del Instituto de Investigaciones Médicas de los Trastornos del Desarrollo (MIND) de University of California, Davis.


El estudio reafirmó resultados de estudios previos sobre la relación entre la exposición materna a esas sustancias y los trastornos del espectro autista (TEA). Pero el artículo publicado en Environmental Health Perspectives suma información nueva: los niños que habían estado expuestos a los plaguicidas en el embarazo eran menos propensos a que les diagnosticaran autismo si sus madres habían usado dosis altas de ácido fólico.


Esto hizo que los autores concluyeran que el ácido fólico reduciría, aunque no eliminaría, el riesgo de autismo asociado con la exposición materna a los plaguicidas.


El ácido fólico, o vitamina B-9, se encuentra en los vegetales de hoja verde y el cereal fortificado.


La Comisión Especial de Servicios Preventivos de Estados Unidos (USPSTF, por su sigla en inglés) y otros grupos instan a las mujeres que pueden quedar embarazadas a tomar suplementos con ácido fólico porque su deficiencia está asociada con las malformaciones del cerebro y la médula espinal en los bebés.


Los resultados también destacan el papel ambiental que tendrían las sustancias contaminantes en la aparición del autismo, según dijo Joseph Braun, epidemiólogo de Brown School of Public Health, Providence, Rhode Island, y que no participó del estudio.


Los CDC estiman que en 2012 se le diagnosticó un TEA a uno de cada 68 niños de Estados Unidos. Desde los años 90, las tasas de autismo aumentaron en todo el país. Los varones son 4,5 veces más propensos que las mujeres a que les diagnostiquen un TEA.


Los participantes incluyeron a 296 niños con autismo diagnosticado y a 220 niños con desarrollo típico. Tenían entre dos y cinco años y habían nacido en California entre el 2000 y el 2007.


FUENTE: Environmental Health Perspectives, online 12 de septiembre del 2017



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