Adultos mayores y su vulnerabilidad tecnológica ante estafas

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Por Rafael De La Cruz


Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se considera adulto mayor a quien tiene 60 o más años de edad. 


En la actualidad, nuestros adultos mayores enfrentan desafíos muy significativos para poder adaptarse a nuevas tecnologías y en este mismo orden, poder defenderse del constante bombardeo de estafas a través medios tecnológicos.


Datos del informe de Fraude Omnicanal de TransUnion para H1 2025, muestran que el (12%) de 500 dominicanos encuestados indicaron que fueron víctimas de fraude por correo electrónico, en línea, llamadas telefónicas o mensajes de texto desde agosto hasta diciembre de 2024. Mientras que casi una cuarta parte (24%) indicó que eran conscientes de haber sido blanco de fraude. 


Casi un tercio (30%) de los dominicanos que dijeron haber sido blanco de estos intentos de fraude informaron que ocurrió a través de vishing, (cuando estafadores intentan inducir a los destinatarios a revelar su información personal vía telefónica).


Los adultos mayores representan un objetivo frecuente para los ciberdelincuentes, dentro de las razones podemos mencionar:


Poca familiaridad con el entorno digital: Muchos adultos mayores no crecieron rodeados de tecnología avanzada, esto les dificulta el poder identificar intenciones fraudulentas actuales como correos electrónicos sospechosos, enlaces maliciosos o llamadas fraudulentas.


Menor conocimiento de ciberseguridad: Nuestra población en su gran mayoría no cuenta con conocimientos básicos de ciberseguridad, esta brecha es aún más impactante por parte de los adultos mayores.


La buena voluntad: Nuestros adultos mayores suelen tener una actitud más despreocupada y de afabilidad hacia los desconocidos, lo que puede ser aprovechado por estafadores que se hacen pasar por instituciones bancarias, del gobierno o incluso familiares.


El aislamiento y soledad: La necesidad de contacto o ayuda puede hacer que muchos adultos mayores respondan sin sospecha a mensajes o llamadas engañosas.


Entre los fraudes más comunes enfocados hacia los adultos mayores se encuentran:


El phishing bancario: Los correos electrónicos o mensajes que simulan provenir de un banco solicitando datos confidenciales como contraseñas o números de tarjeta.


Suplantación de identidad: Estafadores que se hacen pasar por familiares o amigos vía redes sociales, llamada telefónica o aplicaciones de mensajería, solicitando ayuda económica urgente.


Ofertas engañosas: Promociones de productos milagrosos, premios inexistentes o incluso hasta herencias falsas.

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