¿Puede un pensamiento amoroso convertirse en un trastorno psiquiátrico?

Pacientes con síndrome de Clérambault sostienen vínculos amorosos inexistentes
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SANTO DOMINGO, RD/ NOTIPRESS.- Una persona convencida de mantener un vínculo amoroso con alguien de estatus superior, sin que exista una relación real, enfrenta un cuadro clínico complejo: el delirio erotomaníaco. 


Esta condición, también conocida como síndrome de Clérambault, fue analizada en un estudio de caso clínico publicado en Norte de Salud Mental, donde se documenta la experiencia de una mujer que creía ser amada por su jefe regional, sin contacto afectivo previo entre ambos.


Este tipo de delirio se estructura con base en interpretaciones erróneas, intuiciones sin sustento y la firme convicción de que el otro ha iniciado el vínculo sentimental. 


Según el informe clínico, la paciente interpretaba acciones cotidianas de su superior como manifestaciones amorosas dirigidas exclusivamente hacia ella. 


A pesar de que nunca hubo una relación real entre ambos, la mujer sostuvo dicha creencia con intensidad emocional y presentó episodios de frustración y enojo al hablar del tema.


Durante su participación en el programa "Entérate, Salud es Vida", la psiquiatra Biaris Rodríguez explicó cómo este tipo de delirio, clasificado como erotomaníaco, consiste en una percepción fija e inamovible de una realidad errónea.


Indicó que se trata de un cuadro estructurado, sin acompañamiento de alucinaciones u otros síntomas psicóticos, lo cual puede diferenciarlo de otros trastornos mentales. 


La especialista subrayó cómo esta convicción puede parecer tan real que incluso personas cercanas a quien lo padece podrían dudar de su carácter patológico.


Así, el estudio clínico diferencia entre la forma primaria del delirio erotomaníaco —donde esta es la única manifestación psicopatológica— y la forma secundaria, vinculada a condiciones como esquizofrenia o manía. En ambos casos, el delirio se presenta con una lógica interna coherente para quien lo experimenta, a pesar de no coincidir con la realidad compartida.


El abordaje terapéutico requiere una intervención especializada. Según el mismo estudio, el tratamiento incluye hospitalización psiquiátrica, en algunos casos de manera involuntaria, antipsicóticos y psicoterapia de apoyo. Aun así, los avances suelen ser lentos y el proceso se caracteriza por retrocesos frecuentes. 


La clave para una evolución favorable reside en que el paciente mantenga la adherencia al tratamiento durante un periodo prolongado.


Finalmente, el estudio clínico respalda la visión al subrayar que muchos pacientes continúan con sus actividades cotidianas, pese a sostener creencias fijas desconectadas de la realidad objetiva. 


Esta combinación de aparente normalidad y estructura delirante representa un reto constante para los profesionales de la salud mental. 


Tanto el abordaje farmacológico como el apoyo psicoterapéutico deben integrarse con criterios de continuidad, supervisión prolongada y consideración de los factores psicosociales implicados. 


En ese sentido, tanto la experiencia clínica como la evidencia investigativa coinciden en la necesidad de un enfoque multidisciplinar sostenido.

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