Nuevos hallazgos sobre cómo el ejercicio protege contra las enfermedades neurodegenerativas

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MADRID, 8 Nov. (EUROPA PRESS) -

Cada vez hay más pruebas de que el ejercicio puede mejorar la función cerebral y retrasar o prevenir la aparición de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson. 


Aunque los mecanismos subyacentes siguen sin estar claros, investigaciones recientes sugieren que la activación inducida por el ejercicio de sistemas periféricos como el músculo, el intestino, el hígado y el tejido adiposo puede afectar a la plasticidad neuronal.


Ahora, un número especial de 'Brain Plasticity' presenta nuevas investigaciones y conocimientos sobre la plasticidad neuronal y el papel de los factores periféricos en la salud cognitiva.


"Se han identificado al menos una docena de factores periféricos que afectan a los niveles de neurotrofinas, a la neurogénesis adulta, a la inflamación, a la plasticidad sináptica y a la función de la memoria", explica la coeditora y redactora jefe de la revista, Henriette van Praag, doctora de la Facultad de Medicina Charles E. Schmidt y del Instituto del Cerebro de la Florida Atlantic University.


Se ha descubierto que la catepsina B (CTSB), una mioquina, y el factor neurotrófico derivado del cerebro (BNDF) poseen sólidos efectos neuroprotectores. En un nuevo estudio presentado en el número especial, los investigadores analizaron si el aumento de la intensidad del ejercicio aeróbico incrementaría la cantidad de CTSB y BDNF circulante en la sangre.


Dieciséis sujetos jóvenes y sanos realizaron ejercicio aeróbico en cinta rodante a la máxima capacidad y luego al 40, 60 y 80 por ciento de la capacidad.


Se midieron los niveles de CTSB y BDNF circulantes en muestras de sangre tomadas después de cada ejercicio, y se midieron la proteína CTSB, la proteína BDNF y la expresión de ARNm en el tejido óseo.


Los investigadores descubrieron que el ejercicio de alta intensidad eleva la CTSB circulante en adultos jóvenes inmediatamente después del ejercicio, y que el tejido muscular esquelético expresa tanto el mensaje como la proteína de CTSB y BDNF.


"Las investigaciones recogidas en este número corroboran la importancia del ejercicio para la función de la memoria", ha dicho la coeditora Christiane D. Wrann, del Hospital General de Massachusetts y de la Facultad de Medicina de Harvard (Estados Unidos). 


"Nos complace compartir este emocionante número especial. En los próximos años es probable que se descubran muchas más moléculas sistémicas relevantes para el cerebro y que puedan servir de base para nuevos enfoques terapéuticos de las enfermedades neurodegenerativas", ha añadido.

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