El desarrollo de la placenta depende del ADN

Un giro que separa el ADN en una forma de una sola hélice, en lugar de las dos habituales, define el destino de la placenta.
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PACENTA


Imagen getty


Por José Manuel Castillo

josemlct11@hotmail.com


SANTO DOMINGO, RD/DIARIO DE SALUD.-En los inicios de la gestación, comienzan dos procesos estrechamente vinculados. A partir del óvulo fertilizado se desarrollan dos grupos de células especializadas, el primero dará origen a la nueva vida, y el segundo producirá vasos sanguíneos en la placenta para nutrir al feto.


El tejido placentario, de rápido crecimiento, invade los tejidos vecinos con un comportamiento similar al de un tumor, pero a diferencia de este, crece de manera precisa, coordinada y bien controlada.


Ahora, investigadores de la Universidad norteamericana de Yale han dado a conocer un estudio en la revista Nature donde afirman que el desarrollo de la placenta en los mamíferos depende de un giro que separa el ADN en una forma de una sola hélice, en lugar de las dos habituales.


La doble hélice del ADN de las células que formarán la placenta se retuerce, y esta torsión provoca que determinadas secciones del genoma se rompan en una sola cadena. Incluso aunque las secuencias primarias del ADN de la placenta y el embrión son las mismas, esta diferencia en la estructura es la que ayuda a determinar el destino de las células.


El equipo, dirigido por Andrew Xiao, profesor asociado de Genética e investigador del Centro de Células Madre de Yale, también descubrió el regulador molecular que actúa sobre esta cadena de ADN para acelerar o detener el desarrollo de la placenta.


El estudio logró determinar que el crecimiento placentario es regulado por la sexta base de ADN, N6-metiladenina, que estabiliza las regiones monocatenarias de ADN y repele SATB1, una proteína crítica para la organización de la cromatina, el material que forma los cromosomas. Se comprobó que la placenta crece sin control cuando carece de la N6-metiladenina, y que aquellas con niveles anormalmente altos de N6-metiladenina desarrollan severos defectos que detienen el desarrollo embrionario.


El hallazgo repercutirá no solo en la mayor comprensión de las enfermedades asociadas con el embarazo como la preeclampsia, sino que también pudiera resultar útil en la comprensión de los tumores cancerosos caracterizados por la actividad de cadenas individuales de ADN.

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