NUEVA YORK,EE.UU./ REUTERS HEALTH.-- Aunque muchos médicos les ofrecen a los pacientes con el trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH) distintos tratamientos además de los fármacos, no hay evidencia suficiente de que las alternativas a los medicamentos funcionen.
Los autores revisaron 54 estudios sobre tratamientos no farmacológicos del TDAH, como la terapia cognitivo conductual, el entrenamiento en la crianza, las dietas especiales y los suplementos, como ácidos grasos omega 3.
Estos estudios eran demasiado pequeños, breves o variados en la manera de determinar los resultados como para que los investigadores sacaran conclusiones firmes sobre los enfoques que podrían funcionar en niños con TDAH.
"Pero no haber hallado evidencia no significa que esos tratamientos no sean efectivos", dijo el autor, doctor Alex Kemper, del Hospital Nacional de Niños, Columbus, Ohio.
En Estados Unidos se le diagnostica TDAH a más de uno de cada 10 niños. El trastorno altera la interacción social y la conducta, además de causar problemas con la concentración y la capacidad de quedarse sentados sin moverse. Los estimulantes resuelven algunos problemas de la conducta y la atención.
A casi dos tercios de esos niños se les recetan estimulantes, que deberían estar entre las primeras terapias para la enfermedad, según dijo Kemper. La Academia Estadounidense de Pediatría aconseja que los médicos prescriban estimulantes o terapia conductual o ambos.
Como es difícil diagnosticar el TDAH en menores de cuatro años, muchos médicos recomiendan la terapia conductual como el primer enfoque para preescolares, en especial si los padres o los docentes pueden ayudar a los niños a mejorar la concentración y la interacción con sus pares. En los niños más grandes, los fármacos serían la primera opción, solos o combinados con terapia conductual.
Los estudios pequeños sobre el entrenamiento cognitivo no hallaron un beneficio o sólo identificaron una mejoría de los síntomas del TDAH en el corto plazo, según publica el equipo en Pediatrics. Estos estudios eran demasiado pequeños como para sacar conclusiones más generales sobre su acción real.
También los estudios sobre los programas de entrenamiento de los niños o los padres proporcionaron resultados contradictorios al probar distintos tipos de intervenciones de distintas maneras, lo que dificultó determinar su utilidad.
Los estudios sobre los ácidos grasos omega 3 tampoco demostraron provocar cambios significativos en los síntomas del TDAH de acuerdo con las evaluaciones de los niños que hicieron sus padres o docentes.
Dado que los síntomas del TDAH pueden variar entre los niños, se necesita un diagnóstico preciso e integral antes de decidir qué tratamiento será el mejor en cada caso, según dijo el doctor Timothy Wilens, jefe de la División de Psiquiatría Infantil y Adolescente del Hospital General de Massachusetts, Boston.
FUENTE: Pediatrics, online 30 de mayo del 2018.
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