Rubeola

Infecciones maternas y autismo

La idea más comúnmente aceptada en la comunidad científica es que el autismo surge de una predisposición genética sobre la que actúan uno o más factores ambientales que actúan como elementos desencadenantes y cuya importancia es que si les podemos identificar y eliminar, o al menos controlar, podríamos reducir considerablemente los casos de autismo. Entre esos posibles factores ambientales sospechosos está la exposición a un patógeno infeccioso, a una bacteria o a un virus.