Especialista asegura que los niños son cinco veces más propensos que las niñas a sufrir de autismo

SANTIAGO/ DIARIO DE SALUD.-El autismo es un trastorno que inicia en la infancia y permanece durante toda la vida; esta condición afecta la forma como las personas se comunican y se relacionan con los demás, además de presentar conductas estereotipadas y dificultad para hacer cambios en la rutina diaria.

La doctora Gladis Ozoria, psicóloga-Logopeda, de la clínica Unión Médica, de acuerdo con AutismSpeak, uno de cada 68 personas es diagnosticado con autismo, siendo los niños 5 veces más propensos que las niñas a tener esta condición.

Explica que el trastorno del espectro autista (TEA) es diagnosticado generalmente a partir de los 3 años, pero a partir de los 6 meses de edad el niño va mostrando síntomas de la condición y gracias a esto la detección, se está haciendo cada vez más temprano.

“En esta ocasión hablaremos del déficit en la comunicación a temprana edad en un niño con autismo; siendo algunas de las características en habla y lenguaje que presentan estos niños, un lenguaje muy limitado, repetición de las palabras o frases que escucha (ecolalia), parece que tiene sordera”, expresó.

La especialista destaca que otras veces es obvio que la persona afectada, no es sordo pero aun así no comprende lo que le dicen, por lo que no puede seguir instrucciones sencillas.

Ozoria afirma que los logopedas tienen como tarea trabajar con el diagnóstico, prevención e intervención de los trastornos del habla y del lenguaje, donde se destacan beneficios que aporta esta especialidad a los niños dentro del espectro.

BENEFICIOS:
Entre los beneficios que proporcionan el diagnóstico y la prevención son un sistema de comunicación alternativo como PECS, lengua de signos y pictogramas, para que el niño con TEA pueda expresarse, los cuales están orientados a estimular el desarrollo de la producción vocal, lo que puede dar como resultado un aumento en el habla.

“Ya con un sistema de comunicación establecido, el niño podrá iniciar comunicación con otros niños o adultos sin necesitar la asistencia de un tercero”, subraya.

Sostiene que otro aporte lo constituye el mejorar la comprensión de las expresiones faciales y tono de voz de los demás, para poder entender sus intenciones.

Además el aprender a utilizar las palabras adecuadas en cada contexto. El niño aprende algo tan sencillo como decir “buenos días” al iniciar el día, como otras cosas más complicadas como pedir ayuda o pedir que lo lleven al baño.

De igual forma mejorar la articulación y producción de palabras, por lo que una vez el niño inicia a emitir sonidos, se pasa al entrenamiento para decir palabras y en etapas más avanzadas a mejorar la articulación de las palabras.

Así como también se evidencia un resultado de todo un proceso de terapia, se busca que el niño pueda interactuar con otros niños en espacios escolares o de recreación.

“Ayúdame a comprender mi entorno. Organiza mi mundo y facilítame que anticipe lo que va a suceder. Dame orden, estructura y no caos” Ángel Viviere, 1996. 

Fuente: LA INFORMACIÓN