EDITORIAL DE LA INFORMACIÓN

Finanza o salud

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Desde hace ya algún tiempo se viene gestando un conflicto entre los agentes que intervienen dentro del sistema de la Seguridad Social. Ahora el Colegio Médico, las clínicas privadas y las sociedades de especialidades y de afiliados, acusan a las ARS de monopolizar el sistema, y de pedir la intervención del Gobierno.


Desde hace un tiempo las quejas contra el bloqueo a los servicios de parte de las ARS se vienen haciendo cada vez con mayor frecuencia, hasta llegar al estallido más reciente en que el CMD y la ANDECLIP amenazan con paralizar los servicios a una ARS en particular. Esa es una clara manifestación del ahondamiento del conflicto, frente al cual la SISALRIL y el Consejo Nacional de la Seguridad Social no se han manifestado como organismos máximos de la regulación del sistema.

Frente a ese problema, hay que hacer conciencia de que el conflicto nace desde la misma concepción de la seguridad social, cuando se puso como cabeza del sistema la finalidad de establecer un mecanismo que tuviera como fin expandir y fortalecer la banca dominicana, mediante un sistema de ahorro y de capitalización forzado e institucionalizado, y que los pies fuera el ofrecimiento de servicios médicos para la población afiliada y cautiva.

Siendo así, la rentabilidad de las ARS pasó a ser la función objetivo del sistema y la salud de la población el pretexto para justificar el montaje de la operación. De esa forma la maximización de la rentabilidad de los administradores financieros pasó a ser el criterio dominante y los servicios médicos un criterio subordinado: mientras menos servicios médicos más beneficios y capitalización para los intermediarios financiadores.

A partir de esa filosofía materialista, no solo se asegura la rentabilidad financiera de los administradores, sino además, y es lo más importante, que la seguridad social se convierte en un medio idóneo para el fortalecimiento del poder fáctico que esa matriz de intercambio comercial da lugar. Y ese poder fáctico, entonces asegura la dinámica del monopolio que ejercen los intermediarios por encima incluso de lo que establece la Constitución de la República, que prohíbe el monopolio a no ser a favor de algún servicio que ofrezca el Estado.

La dramática situación también se presentará con los fondos de pensiones que han acumulado un enorme ahorro controlado y administrado de acuerdo a esa misma filosofía materialista, pero que todavía no inicia la fase del desembolso de las pensiones. Cuando ello ocurra pasará lo que se está manifestando con las ARS, y tal como ya se ha manifestado en otros países como en Chile, país latinoamericano que estableció el sistema de pensiones vía la “capitalización individual”.

Como se puede apreciar, se trata de problemas sociales graves que son al mismo tiempo problemas económicos y políticos que deben ser atendidos y resueltos por la sociedad política con la intervención de los partidos y el Congreso de la República, donde se deben introducir y aprobar las modificaciones de lugar a la Ley de la Seguridad Social, con las que se modere la codicia y la perniciosa tendencia al monopolio privado.

¡El desafío es corregir las normativas monopólicas en la SS!

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