¿Puede la codicia afectar a hombres de ciencia?

Por Juandy Gómez

La industria tabacalera se ha escudado en los últimos años en hombres de ciencia para promover "nuevas formas de adicción a la nicotina" con el objetivo de compensar la reducción de ventas de los cigarrillos convencionales.

No debe sorprendernos que algunos científicos sucumban ante un presupuesto de más de 4 mil millones dólares que la tabacalera se jacta en invertir en investigaciones que les permita apoyar la alternativa al tabaco tradicional para mantener cautivo a cientos de millones de personas.

Recuerde que en la comunidad científica también hay celos, CODICIA, prejuicio y envidia. Unos cuantos científicos han sido capaces de matar en el nombre de la investigación, como sucedió en los campos de prisioneros de Japón y de la Alemania nazi.

Y no hemos de olvidar que bajo el amparo de la ciencia hombres han creado espantosas armas bélicas, tales como armas biológicas, gases venenosos, misiles, bombas “inteligentes” y nucleares.

Según el doctor José Manuel Iglesias, coordinador del Grupo de Tabaquismo de la Sociedad Asturiana de Medicina Familiar y Comunitaria (Samfyc), los dispositivos como el cigarrillo electrónico, el iQOS o el Juul "no son recomendables como sustitutos del cigarrillo ni tampoco como métodos para dejar de fumar". Pero las tabacaleras citan supuestos estudios científicos de las bondades de sus nuevos dispositivos y subrayan que son menos nocivos que el cigarrillo pura y simple.

Tomando en cuenta el hecho de que el doctor Iglesias es un hombre de ciencia, es más que evidente de que todos no siguen el mismo derrotero de apoyar iniciativas que favorecen a industrias que solo lo que le ha interesado es acumular fortunas en detrimento de las vidas de centenares de millones de personas.