Dializarse desde los 17 años ha sido mayor travesía

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Por: José Alfredo Espinal


Tomar un autobús tres días por semana desde Gaspar Hernández, en la provincia Espaillat, hasta esta ciudad durante ocho años de un total de nueve que lleva dializándose ha sido una de las travesías más difíciles de su vida.


Sin embargo, Yamilka Rosario, de 26 años, está dispuesta a someterse a cualquier sacrificio con el propósito de continuar con vida. Narró que sus problemas renales comenzaron a los 7 años y diez años después inició el indeseable pero obligatorio y necesario proceso de diálisis que la mantiene viva.


Sostuvo que no ha recibido rechazo en la familia, porque todos se han adaptado a su enfermedad. Ella cree que su problema es congénito, ya que su abuela padece de este mal hace muchos años.


“Este problema me ha cambiado la vida porque tengo que estar tres veces a la semana sin faltar porque de la máquina depende mi vida”, expresó la joven, quien es oriunda de la provincia Espaillat y desde hace un año reside en casa de una prima en el sector Villa Verde, Santiago.


Rosario dijo que hace tres años un primo estaba dispuesto a donarle un riñón, pero que debido a que tenía una enfermedad venérea no se pudo realizar el trasplante de este importante órgano. “Otra vez estoy en proceso para buscar un donante de riñón, el problema es que los análisis a los que nos someten previamente son bastante costoso”, afirmó Rosario.


Lamentó que en Santiago es difícil encontrar a una persona que sea donante, por lo que los pacientes que padecen esta enfermedad renal se ven obligados a viajar a Santo Domingo, por lo que la búsqueda resulta más compleja y de mayor costo.


Yamilka manifestó que perdió un embarazo debido a la enfermedad, razón por la que cree que ya no podrá tener hijos. “Realmente, ya no me preocupa saber que no podré tener hijos. Sé que es propio del problema de salud”, lamentó.


Ella tuvo que dejar sus estudios a los 17 años, cuando inició el proceso de las diálisis. Cursaba el segundo del bachillerato y pensó en un momento que podría graduarse de la carrera de medicina.


A pesar de padecer de insuficiencia renal dice que no ha sentido el rechazo para tener algún tipo de relación. Afirma que ha sabido enfrentar el problema, porque si de algo está segura es que quiere seguir viviendo.


Procedimiento. Yamilka es sometida a un proceso de diálisis tres veces a la semana en la Unidad de Hemodiálisis del Hospital José María Cabral y Báez, de Santiago. Dijo que se siente satisfecha con el servicio profesional y humano de los médicos. 

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