ANDREA PÉREZ
Dicen que la cara es el espejo del alma, pero se olvidan de añadir que la piel tiene un papel importante en este reflejo. Por ello, gestionar el estrés o la ansiedad puede evitar brotes de diferentes enfermedades como, por ejemplo, la rosácea. En este artículo detallaremos con la ayuda del Consejo General de Farmacéuticos (Cgcof) en qué consiste esta patología y cuál es su tratamiento.
Los farmacéuticos indican que la rosácea es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel, que aparece por brotes y se localiza en el centro del rostro. Sus síntomas varían y pueden ser:
Los expertos señalan que el 5,5 por ciento de la población adulta sufre esta patología, que es más habitual en mujeres de más de 30 años y con fototipos de piel clara y ojos azules.
Existen diversas causas por las que puede aparecer la rosácea como la predisposición genética, factores hormonales (embarazo y menopausia) o factores inmunológicos. Pero además, hay otros factores desencadenantes, tal y como apuntan desde el Cgcof:
Además, el uso frecuente de las mascarillas ha aumentado los brotes de rosácea.
En farmacia venden diferentes productos para tratar esta enfermedad, que recordamos que es crónica. Los especialistas aconsejan utilizar estos artículos para tratar la rosácea:
Asimismo, el tratamiento puede ir acompañado de una serie de recomendaciones para frenar los brotes. En concreto, los farmacéuticos recomiendan:
No obstante, habrá que derivar al paciente a un médico en cualquiera de los siguientes supuestos: si el usuario tiene menos de 14 años o más de 65 años, si no está diagnosticado, si no hay respuesta al tratamiento o empeora en las siguientes 12 semanas, si es una mujer embarazada, si se tienen otros problemas dermatológicos o si se sospecha que se trata de rosácea infantil, rosácea extrafacial o rosácea ocular.
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