Dermatóloga dice algunos lunares pueden convertirse en eczemas malignos

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La doctora Loryart Marte Grullón, dermatóloga en momento que ofrece detalles de los lunares (Foto: (Bartolo García).


SANTIAGO/ DIARIO DE SALUD.-Lunar proviene de la palabra que se atribuía a la aparición de manchas oscuras por el influjo de la Luna, pero que dermatológicamente su nombre corresponde al nevó melanocítico, los cuales afectan a toda la población.


La doctora Laryart Marte Grullón, dermatóloga de la clínica Unión Médica destaca que los lunares aparecen con mayor frecuencia en niños y adultos jóvenes, en la niñez aparecen después del nacimiento entre los primeros 3 a 6 meses.

Dijo que en los adultos, su presencia de observa entre la 2da y 3era décadas de la vida, sin diferencias significativas entre masculinos y femeninos, tomando en cuenta que predominan en individuos de raza blanca.

Explicó que hay lunares que son de nacimiento, mientras que otros son adquiridos por la persona; donde la mayoría de estos son congénitos y un porcentaje, es decir, como un 30%, aparecen en la etapa de la niñez o la adultez.

La especialista asegura que los lunares pueden convertirse en eczema maligno como el cáncer, de ahí la importancia de observar su evolución, sobre todo aquellos que surgen por trauma o maltrato ocasionado por el sol.

Dice que es necesario observar su cambia de tamo, color, si se pone verdoso, blanco, por lo que dependiendo de ello, se puede alertar al paciente si se trata de un lunar maligno o no.

En ese sentido la doctora exhorta a las personas, cuidarse del sol, hidratar la piel y darse su chequeo rutinario con el dermatólogo.

FACTORES:

De acuerdo a la especialista, dentro de los factores desencadenantes de la aparición de un lunar están la predisposición genética y la exposición a radiaciones ultravioleta.

Marte Grullón explica que existen muchos tipos de manchas, donde entre las más comunes están, las efélides, conocidas como pecas, son pequeñas manchas de pigmento marrón que suelen aparecer en las zonas más expuestas al sol.

“Estas son producidas por predisposición genéticas y mayormente en personas de piel blanca, pelo claro, especialmente pelirrojos”, expresas.

La dermatóloga destaca que los lunares, igual son manchas con pigmento marrón, rojo, negruzco que pueden aparecer desde el nacimiento o edad temprana, pueden aparecer en cualquier zona del cuerpo, no son malignos pero deben de observarse si presentan algún cambio repentino.

“Los léntigos simples y solares son manchas marrón, un poco más grandes y oscuras que las pecas, pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero mayormente los solares aparecen en áreas expuestas al sol, como cara, escote, manos y antebrazos”, precisa.

TIPOS:

Al analizar si una macha es maligna, precisa que el melanoma, es un cáncer de piel muy agresivo, que puede confundirse con un lunar pero tiene características que nos alertan de su malignidad, suelen ser manchas que el color no es uniforme que puede incluir sombras color marrón, negro, rojas, azules o blancas.

Dice que de éstos, los bordes son irregulares, son asimétricos, y el tamaño o la forma de la mancha, cambia repentinamente. La asimetría, limites, color, diámetro y evolución son datos que al modificarse pueden ser señal de alarma.

Melanoma:

La doctora afirma que en un promedio de cada año hay que hacer una revisión detallada de los lunares, en general de todos ellos, porque puede ser, que algunos de éstos necesiten revisión cada 6 meses.

Precisa que si existe algún lunar que llame tu atención, que haya aumentado de tamaño, cambiado de color, que se acompañe de algún síntoma como dolor, comezón o ardor, necesitas acudir a un dermatólogo para evaluar su posible extirpación; eso depende de las características de cada lunar.

Se puede considerar la extirpación de algún lunar cuando presenta alguna de las siguientes circunstancias:

Cuando están ubicados en zonas sujetas a frecuente rozamiento, presiones o golpes, o muy expuestas a la radiación ultravioleta y ya tiene algún cambio de los antes mencionados.

Además cuando sus dimensiones son demasiado grandes, o ha aumentado de manera repentina; cuando los contornos son irregulares, no tiene forma regular o son asimétricos y cuando un lunar común (marrón) cambia de color o de aspecto.

De acuerdo a la doctora, otras circunstancias, es cuando un lunar común está rodeado de una aureola rojiza o cuando sangra; así como también cuando pican o duelen persistentemente.

Ya conociendo que los rayos ultravioleta pueden influir en la aparición de un lunar o bien en un porcentaje modificarlo, tenemos que prevenir que esto ocurra utilizando filtros y protectores solares que nos protejan del daño del sol.

En ese sentido recomienda a aquellos pacientes que tienen muchos lunares no exponerse a rayos UV y del mismo modo acudir a nuestras visitas rutinarias para chequeo con el dermatólogo. 

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