Relación entre el aparato digestivo y las emociones

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2183574Por Isabel Valerio Lora


“La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia. Sócrates.

Quizás ha escuchado las expresiones “tener un nudo en el estómago”; si se está preocupado o nervioso, “sentir mariposas en el estómago” cuando las personas están enamoradas o “se le cerró el estómago por un disgusto”. Pero, ¿existe relación entre el aparato digestivo y nuestras emociones?

Hasta ahora, la medicina y la ciencia han tratado la digestión y las emociones por separado, como si se tratara de puntos distantes. Cuando tenemos problemas digestivos , ponemos nuestra atención en la alimentación pero también debemos considerar las emociones que tenemos, ya que pueden ser ellas las responsables de algunos desequilibrios en la digestión.

En el Antiguo Egipto hablaban de una relación entre el aparato digestivo de las personas y lo que les pasa o preocupa en el aspecto emocional. En el papiro de Edwin Smith, un documento médico datado entre los años 1.700 y 1.500 A.C., expresa que en el estómago se “localizan el pensamiento y el sentimiento”.

Investigadores de Harvard, aseguran que el sistema digestivo es sensible a las emociones reprimidas o manejadas de forma inadecuada y que si tenemos ansiedad, tristeza, excitación, enfado o ira nuestro sistema digestivo se puede ver afectado.

Otros investigadores, han demostrado que en el intestino es el segundo cerebro, ya que en él se localizan neurotransmisores como la dopamina o la serotonina. La serotonina es considerada como la hormona de la felicidad, transmite señales entre las neuronas, realiza los procesos químicos durante el proceso digestivo y regula las emociones.
Alrededor del 10% de esta sustancia, se procesa en el cerebro. Pero el 90% restante se produce en el intestino, según la doctora Lourdes Tomás.

Si la serotonina es la encargada de regular las emociones, no es extraño que exista una relación física entre el aparato digestivo y la emoción que está experimentado la persona en un determinado momento.

Emociones, pensamientos e intestinos tienen una comunicación tan bien orquestada que provoca un nudo en el estómago después de una discusión o la necesidad de ir al baño antes de un examen. 


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