Ratones obesos se libran de la ansiedad al despejar células “zombi” del cerebro

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Researcher looking at slide through a microscope 16 x 9ROCHESTER, MINNESOTA,EE.UU.—  Los científicos de Mayo Clinic y sus colaboradores lograron demostrar en ratones que la obesidad aumenta la cantidad de células “zombi” o células senescentes en el cerebro y que dichas células, a su vez, se vinculan con ansiedad. Al emplear fármacos senolíticos para despejar estas células, el comportamiento ansioso de los ratones se disipa. Los resultados se publican en Cell Metabolism.


Las células senescentes son exactamente lo que la palabra “zombi” define, o sea, células medio adormecidas, que se asientan en una zona determinada del cuerpo y, al hacerlo, impiden otras funciones. Los estudios revelan que estas células contribuyen al envejecimiento, en aspectos que van desde la osteoporosis a la diabetes y a la debilidad muscular. En este caso concreto, los científicos sabían que la obesidad, tanto en humanos como en ratones, estaba relacionada con mayor ansiedad y otros problemas emocionales, pero desconocían los detalles de la relación.


El equipo investigativo compuesto por científicos del Centro para el Envejecimiento Robert y Arlene Kogod de Mayo Clinic, de la Universidad de Newcastle y de otras instituciones determinó que los ratones modificados genéticamente y normales del estudio tenían más células grasas en la región cerebral encargada de controlar la ansiedad y mostraban gran aumento de las células senescentes en esa área. Al despejar las células con fármacos senolíticos en dos ratones modelos, terminó el comportamiento ansioso, desaparecieron las células lípidas en el cerebro y hubo neurogénesis, o sea que se reanudó el crecimiento normal de las células neurológicas.


¿Cómo se puede saber que un ratón tiene ansiedad? Para ello, los científicos usaron varias pruebas validadas científicamente. El ratón ansioso tiende a evitar las zonas abiertas del entorno y suele desplazarse solamente por las paredes exteriores o por las esquinas del espacio confinado en el que se encuentra. Los ratones ansiosos también se comportan de manera diferente en los laberintos, con mal rendimiento, dudas y, a menudo, no terminan la prueba. Después de extraerles las células “zombi”, los ratones rindieron mucho mejor, aunque todavía eran obesos.


Los autores dicen lo siguiente en su trabajo: “Nuestros datos demuestran un vínculo entre obesidad, senescencia y comportamiento de tipo ansioso, lo que aporta el respaldo fundamental para la posible factibilidad de, toda vez que los ensayos clínicos validen este método, administrar senolíticos para el tratamiento del comportamiento ansioso relacionado con la obesidad”.


Dicen que es necesario llevar a cabo más estudios preclínicos, así como determinar qué tipo de células senescentes son las causantes de esto y definir el mecanismo de acción más ampliamente.


El estudio contó con el apoyo de Cancer Research UK (Investigación sobre el Cáncer del Reino Unido), un fellowship de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Newcastle, el Grupo Connor, los Institutos Nacionales de Salud, el premio Avances en Gerontología de la Fundación Glenn y de la Federación Americana para Investigación sobre el Envejecimiento, Robert y Theresa Ryan, las Fundaciones Ted Nash Long Life y Noaber, Medicina Regenerativa de Minnesota y Humor the Tumor (Humorismo para el tumor).


Entre los científicos participantes está el primer autor Dr. Mikolaj Ogrodnik, así como los autores expertos Dra. Diana Jurk (antes perteneciente a la Universidad de Newcastle y ahora a Mayo Clinic) y el Dr. James Kirkland de Mayo Clinic. El equipo también incluyó a científicos de la Universidad de Stony Brook, del Instituto de Física y Tecnología de Moscú, del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas y de la Universidad del Cercano Oriente en Chipre.

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