Desintoxicando el cuerpo

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Por HIMILCE A. TEJADA


SANTIAGO/ DIARIO DE SALUD.-- Puede ser que te encuentras cansada todo el día. Tu piel está demasiado seca o tiene demasiada grasa. Sientes que tu intestino no responde. Quizás te resulta difícil perder el sobrepeso a pesar de esforzarte mucho o a lo mejor retienes líquido o te sientes hinchada. Cualquiera de estos síntomas o todos juntos pueden ser indicio de que a ti te vendría bien una dieta de eliminación de toxinas.


Aun realizando un esfuerzo consciente, resulta casi imposible evitar los productos químicos y las toxinas de nuestra vida actual. Los consumimos en el agua potable, en nuestras comidas, incluso en el aire que respiramos. Y en muchos casos lo que hacen es irse acumulando porque nuestros cuerpos son simplemente incapaces de seguir el ritmo de la carga tóxica que nuestro estilo de vida y el entorno generan.


¿Cómo funciona la dieta?


Tu cuerpo se encuentra continuamente desintoxicándose. La mayor parte de las sustancias de desecho se eliminan del cuerpo por medio del hígado y la vesícula en las deposiciones o en la orina por medio de los riñones. Pero la desintoxicación no es infalible, puede verse en apuros si la carga tóxica es demasiado grande o si nos faltan nutrientes antioxidantes esenciales.


¿Es segura?


Los regímenes de eliminación de toxinas no son apropiados para los niños, adolescentes, mujeres embarazadas o las que están dando el pecho. Tampoco deberían llevarlas a cabo los que sufren de diabetes, enfermedades hepáticas o desórdenes alimenticios. También es importante consultar al médico antes de iniciarlos, en el caso de que tengas alguna medicación prescrita.


Para la mayor parte del resto de la gente la desintoxicación es segura. Sin embargo, sobre todo al inicio puede provocar algunos efectos secundarios, entre ellos: dolores de cabeza, en las articulaciones y/o musculares; fatiga, sarpullidos en la piel y trastornos gastrointestinales.


Estos no afectan a todo el mundo y por lo general, remiten al cabo de unos días renovando tus energías y aumentando tu sensación de bienestar. Estos efectos secundarios tienen más probabilidades de surgir en los programas de desintoxicación especialmente estrictos o restrictivos. Por eso es que se recomienda un acercamiento paulatino que incluya muchas frutas y verduras, cereales y legumbres y proteínas sin grasa.


Comenzando suave


Puedes hacer una mini dieta durante tres días el fin de semana o una más seria durante la semana. No empieces la dieta si te sientes estresada o pasas por un momento de agitación emocional. También es buena idea no empezar hasta que estés recuperada de cualquier pequeña enfermedad como los resfriados o la gripe.



Desintoxicando el cuerpo


Pautas para la dieta de eliminación de toxina


Comienza cada día con un zumo de un cuarto a un medio limón en una taza de agua caliente; esto ayuda a poner tu sistema digestivo en movimiento. Sigue con un zumo de fruta o verduras frescas probando distintos tipos. No olvides desayunar cada mañana. Puedes tomar una pieza de frutas frescas, un yogurt desnatado natural o un puñado de semillas de girasol o frutos secos crudos entre comidas o en cualquier momento que te venga en gana. No hay postres en este régimen. Si te apetece algo dulce después de una comida, toma en su lugar una pieza de fruta. Asegúrate de tomar al menos dos raciones de proteína al día. Por ejemplo, legumbres, frutos secos, tofu y pescado.


Tras la dieta, ¿qué hago?


Tras la desintoxicación, continúa el buen trabajo siguiendo estos consejos:

  • Continúa tomando en torno a dos litros de agua al día y tu bebida de limón por la mañana.
  • Haz varias comidas pequeñas al día, en vez de tres grandes.
  • Evita volver a una dieta basada en hidratos de carbono refinados como el pan blanco.
  • Vuelve a tomar carne roja gradualmente; en caso de tomarla, asegúrate de que no se convierta en tu fuente principal de proteínas –todas las legumbres que has tomado te han ido muy bien.
  • Evita o restringe le cafeína, la margarina, las carnes ahumadas, la comida frita, y colorantes o potenciadotes de sabor artificial.
  • Mantente apartado de los cigarrillos.
  • Alimentos para consumir en abundancia

  • Agua (bebe al menos dos litros al día)
  • Infusiones, zumos de frutas y verduras frescas
  • Lácteos de bajo contenido graso
  • Frutas y verduras frescas en temporada (de ser posible biológicas)
  • Legumbres
  • Nueces y pipas
  • Pescados
  • Aceite de oliva
  • Mantequilla en cantidades reducidas
  • Cereales
  • Hierbas frescas y especias
  • Alimentos al vapor, al horno, salteados y a la parrilla
  • Aire puro y ejercicio moderado

  • Suprimir o restringir rigurosamente:


  • Cafeína y alcohol Refrescos con o sin gas, incluyendo sus variantes “light”
  • Zumos industriales
  • Productos lácteos sin desnatar
  • Azúcar e hidratos de carbono refinados de cualquier tipo.
  • Carne roja, aves y mariscos.
  • Trigo y productos a base de trigo (pan, harina, galletas, pasteles, pasta, etc.)
  • Sal de mesa.
  • Potenciadotes del sabor, colorantes y conservantes de cualquier tipo.
  • Comidas fritas y ahumadas
  • Cigarrillos, drogas recreativas.
  • Medicinas no prescritas (ej. Analgésicos)
  • Ejercicio extenuante.

  • Desintoxicando el cuerpo


    Zumo de zanahoria y remolacha

    Tiempo de preparación: 10 minutos.

    Sirve: para 4 porciones.

    Ingredientes:

    1 lb. de zanahorias peladas.

    Media lb. de remolacha cruda o cocida, pelada.

    Preparación:

    Exprime las zanahorias y la remolacha y bébelo enseguida.

    Se trata de una forma deliciosa de obtener una buena dosis del antioxidante beta-caroteno (vitamina A).


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