Modos de pensar distorsionados que generan depresión mental

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SANTIAGO/ DIARIO DE SALUD.-- Algunas personas deprimidas rehúyen buscar ayuda en un especialista de la medicina porque temen que se les considere enfermos mentales. Sin embargo, la depresión profunda no es indicio de deficiencia mental ni de debilidad espiritual. Las investigaciones demuestran que este grave trastorno puede presentarse cuando se produce en el cerebro una disfunción química.


Como esta puede ser ocasionada por un trastorno físico, si usted ha estado profundamente deprimido por un período superior a dos semanas, es conveniente que se haga un examen médico. Si el examen revelara que el problema no obedece a un trastorno físico, entonces la depresión a menudo puede aliviarse por medio de ajustar el modo de pensar y con la ayuda de alguna medicación o los nutrientes apropiados.


El que uno venza la depresión no significa que nunca volverá a padecer de un estado de ánimo deprimido. La tristeza es parte de la vida. No obstante, si uno dirige diestramente sus golpes, podrá desenvolverse mejor ante la depresión.


Es frecuente que el médico prescriba antidepresivos. Estos fármacos están preparados para eliminar el desequilibrio químico.


Mientras que a algunos les ha dado resultado cambiar la manera de pensar. He aquí una serie de pensamientos distorsionados que afectan el estado de ánimo.


El concepto de “todo o nada”: Usted clasifica las cosas en dos categorías: blanco o negro. Si su comportamiento no se desenvuelve a la perfección, usted se ve a sí mismo como un completo fracaso.


Generalización excesiva: Ve un incidente negativo aislado como un patrón invariable de derrota. Por ejemplo: después de discutir con un amigo, tal vez concluya: “Estoy perdiendo todas mis amistades. Nada me sale bien”.


Descalificación de aspectos positivos: Rechaza las experiencias positivas, afirmando que “no cuentan” o “no me las merezco”. Al meditar en un detalle negativo aislado, todo su enfoque se oscurece.


Conclusiones precipitadas: Arbitrariamente concluye que usted no le cae bien a alguien, y no se molesta en comprobar si es cierto. O está absolutamente convencido de que las cosas siempre le saldrán mal.


La tendencia a exagerar o minimizar: Exagera la importancia de las cosas (tal como sus propios errores o los logros de otras personas) o las minimiza hasta que se le antojan insignificantes (sus propias buenas cualidades o las imperfecciones de otros). Convierte en pesadillas aparatosas los acontecimientos negativos comunes.


Tendencia a personalizar: Usted se ve a sí mismo como el causante de un suceso ajeno cuyos resultados son negativos y del cual, de hecho, usted no fue el principal responsable.


Basado en Feeling Good—The New Mood Therapy (Sentirse bien... una nueva terapia), de David D. Burns (médico).




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