Estimulantes para la potencia sexual

Variedad de productos “naturales” sin receta prometen a los varones erecciones más fuertes y duraderas.
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Impotente.


Esa palabra es capaz de destruir la autotestima varonil en un segundo. El vínculo del hombre con su miembro masculino es un asunto ancestral. Es que, en alguna parte de su código genético, está grabada la creencia de que mientras más despliegue de fortaleza y resistencia tenga en el acto sexual, más macho es.


Según José Pando, psicólogo clínico, educador y terapeuta sexual certificado, “la mayoría de los hombres, en el mundo moderno en que vivimos, ha desarrollado la mitología de medir la potencia o la habilidad sexual por la prolongación de las erecciones y la capacidad de tener sexo con poca provocación”.


Tal vez por eso las pastillas “naturales” sin receta que prometen erecciones más fuertes y duraderas han gozado de tan buena acogida entre el público masculino, tanto para los hombres con disfunción eréctil como para los jóvenes perfectamente saludables que buscan impresionar con un alto rendimiento sexual.


“Él (hombre) quiere tener sexo todos los días y quiere hacerlo bien todos los días. Es como una obsesión”, advierte Pando.


El educador sexual explica que la industria pornográfica, con su representación de una sexualidad fantasiosa –que es muy difícil de trasladar a la vida real– también ha contribuido a fomentar la terrible presión a la que es sometido el hombre en cuanto a su desempeño sexual.


“Yo trabajo mucho con casos de hombres que sienten que tienen que ser ‘Superman’”, describe Pando en alusión a algunos de sus pacientes, que tienen una expectativa incorrecta de lo que es la sexualidad, exigiéndose mucho a sí mismos.


De todo como en botica


Pando establece que el mercado ofrece variedad de productos sin receta para aumentar la potencia sexual masculina. El primer tipo son los antioxidantes “que tienen fama de ser vigorizantes”. En dicho grupo se encuentran el aceite de pescado, el ginkgo biloba, el ginseng, el té verde y la valeriana, entre otros suplementos nutricionales. “Yo favorezco que el hombre consuma una buena dieta en la que se incluyan este tipo de productos naturales”, acota el experto.


Pando indica que el otro tipo (del que abundaremos en este artículo) es el de las pastillas “naturales”, entre las que destacan la Pepa Negra, Paradise, La Pela, El Torito y Shangai. La Administración federal de Drogas y Alimentos (FDA) ordenó el recogido de la última en el 2008.


Dichos productos se venden en algunas farmacias de la comunidad y en los puestos de gasolina, entre otros lugares. El doctor Gil Nieves Látimer, urólogo, explica que el beneficio de estos productos es que se pueden adquirir de forma inmediata, sin necesidad de ir al médico para buscar una receta, como es el caso de Cialis o de Viagra.


Pando coincide con tal premisa y añade que otro factor que ha dado popularidad a estos productos es su económico precio. Según el educador sexual, los suplementos naturales se compran por menos de $10 y las pastillas recetadas para el mismo propósito pueden costar sobre $20.


Diferentes consumidores


Existen dos tipos de consumidores de estos productos: los que no tienen problemas sexuales y los que sí los tienen. Sin embargo, no existen estudios que establezcan cuántos hombres los usan.


El doctor Látimer sostiene que, a pesar de que no puede establecer la cantidad de hombres que hacen uso de estos productos debido a la accesibilidad de éstos, “se puede asumir que mucha gente los consume”.


“En especial, gente joven, que no tiene ningún problema eréctil, (los usa) sólo para experimentar y/o impresionar. Lo compra por su accesibilidad fácil e inmediata. Usualmente, son encuentros inesperados (one-night stand). Casi nunca se usa con las esposas o pareja permanente”, acota el urólogo.


Por su parte, Pando señala que muchos “jóvenes que no necesitan nada de esto (los suplementos) para ser buenos amantes utilizan esto como un refuerzo, como un booster”. Entonces, en una noche, pueden tener sexo cinco veces, en lugar de tres.


Pando comenta que también hay otros jóvenes en los que “las pastillas vienen a robustecer la reacción sexual que el alcohol y las drogas mitigan. Entonces, desarrollan esta sensación de que ‘esto es lo mejor que hay’. ‘No importa lo arrebatao que esté, no importa lo borracho que esté, voy a funcionar (sexualmente)’”.


Pando sostiene que el otro grupo de consumidores de estos productos es el de los hombres mayores de 60 años que sufren de problemas de salud física o mental que provocan disfunción eréctil.


El educador sexual asegura que ha tenido pacientes mayores de dicha edad con erecciones que se han extendido por más de dos horas tras ingerir potenciadores “naturales”. Pando describe dicha situación como “una monstruosidad”. “Tú te has impuesto un mito de ser poderoso y viril a tu edad. No es científicamente real”, opina.


¿Naturales?


El doctor Látimer expone que la evidencia anecdótica indica que estos productos naturales “sí funcionan para hombres que quieren una ayuda, principalmente en duración (de la erección)”, sin embargo, dicha funcionalidad es sólo una especulación, pues “es difícil saber si en verdad funcionan sin estudios formales comparativos”.


Pando afirma que si bien es cierto que la comercialización de estos productos “naturales” le han permito al hombre “ser el ‘Superman’ que siempre soñó ser ”, la ingesta de éstos implica un riesgo, en especial para los pacientes cardiacos, los que tengan la presión baja o sufran de incapacidad pulmonar, entre otros padecimientos.


“No hay duda de que la mayoría de ellos vigorizan, pero hay que tener cuidado. No hay ningún tipo de explicación de detalles sobre los manufactureros, ni te dice los efectos secundarios ni los ingredientes que tiene ni en cuánta gente se ha probado ni en cuántos ha funcionado. Hay un riesgo en esto”, advierte el educador sexual.


“No te dicen qué ingredientes están en la pastilla ni tampoco te dicen si su uso ha sido aprobado por instituciones médicas. Son como suplementos alimentarios, por eso, la FDA no los condena, porque se venden como suplementos alimentarios para fortificar el rendimiento”, acota Pando.


Por su parte, el urólogo advierte que “el riesgo de (consumir) productos no aprobados por la FDA es que no tienen regulación que exija calidad y seguridad para el consumidor. Por lo tanto, literalmente, no sabes qué te estás tomando, y las dosis de componentes pueden variar de tableta a tableta. Siempre hay que tener en consideración con estos productos el riesgo de priapismo (una erección de más de cuatro horas), que, aunque mínimo, está presente”.


Pando advierte que a pesar de que “no hay duda de que (dichos productos) están hechos de unos componentes naturales”, también tienen otros que no lo son. El educador sexual comenta que, de hecho, algunos de estos productos tienen moléculas parecidas a las que se pueden encontrar en la Viagra, según se desprende de pruebas de laboratorios.


“Las venden como 100 por ciento naturales y te dicen lo que tienen, pero no te dicen lo que no tienen”, afirma Pando y añade que muchos de estos suplementos para aumentar la potencia sexual masculina son, básicamente, pastillas genéricas de la Viagra o la Cialis.


Pando recomienda a los varones que sufren de un cuadro clínico que afecta su vida sexual a que busquen la medicina correcta. “Yo creo que cualquier persona que vaya a ingerir cualquier producto de éstos debe saber si su salud está bien, principalmente, si no tiene problemas cardíacos o si tiene la presión muy baja. Debe seguir el mismo protocolo que si se fuera a tomar una (píldora de) Viagra”.


Por su parte, el doctor Látimer aconseja a los hombres que consulten a un profesional de la salud antes de ingerir cualquier producto para aumentar el vigor sexual, “ya que éstos pueden tener efectos secundarios –al igual que cualquier medicamento–, reaccionar con otros medicamentos o empeorar condiciones de salud”.


José Pando, psicólogo clínico, terapeuta y educador sexual certificado del Bayamón Medical Plaza en Puerto Rico

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