Por Isabel Valerio Lora
“La palabra “Felicidad” perdería sentido sin la tristeza”.-
Carl Gustav Jung.La muerte por suicidio, es un acontecimiento traumático que altera directamente una familia, quienes para elaborar su proceso de duelo, sufren un dolor profundo y mucho desequilibrio. Loa familia en la primera fase sufre un shock, sentimiento de tristeza que coexiste con síntomas físicos, dolores precordiales, hipersensibilidad, sentimientos de irrealidad, trastornos de apetito y sueño, luego aparecerá una fase de rabia que puede ir dirigida hacia sí mismo, hacia los médicos, hacia el suicida o hacia el mismo Dios, la frustración por no haber podido impedirlo, la invasión de pensamientos obsesivos y de recuerdos del fallecido. Pérez Barrerto (2008)
La familia se acusa por lo que se hizo o se dejó de hacer, lo que se dijo o lo que no. La culpa por no haber evitado la muerte del ser querido, por no haber atendido sus llamadas de atención, por no haber facilitado que expresara sus ideas suicidas, o por no haber tomado medidas para impedir la tragedia.
Unido al sentimiento de culpa, el suicidio produce una frustrante vivencia de fracaso de rol, sobre todo en las madres que, a quienes les cuesta entender que sus desvelos, sus cuidados, sus intentos de protección y sus esfuerzos de contención fueron ineficaces para evitar la tragedia.
El miedo es una emoción muy presente en casi todos los familiares del suicida y tiene que ver con una especie de vivencia que les hace sentirse vulnerables y en riesgo de repetir la conducta suicida o de padecer una enfermedad mental que les empuje a ello.
Otras de las consecuencias del suicidio en los miembros de la familia son los sentimientos haber sido traicionados o abandonados. Preguntas como “¿por qué lo hizo?”, “¿cómo me pudo hacer tanto daño?”, “¿acaso nos merecíamos esto?”, etc.
Las familias sienten estigma y vergüenza por el suicidio; algunos ocultan la causa real de la muerte y otras buscan encontrar una justificación racional al suicidio, un motivo o una causa que lo explique de forma mínimamente aceptable.
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