"El castigo no produce los mejores resultados"

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SANTIAGO / DIARIO DE SALUD.--- Las redes sociales han convertido a cada uno de los ciudadanos en una especie de “gran hermano” con capacidad de observar lo ocurrido a cualquiera en cualquier lugar. Las agresiones físicas, sexuales y psicológicas denunciadas, y muchas veces documentadas en video, producen una entendible preocupación de toda la sociedad.


La reacción más común, que los repulsivos comportamientos producen, es la natural indignación ante lo que se considera una conducta anormal y reprensible. La indignación produce en muchos el deseo de responder a los perpetradores con igual dosis de violencia retributiva. El clásico ojo por ojo del código babilónico.


La reacción de muchos otros es la de pedir para los responsables el castigo que el ordenamiento jurídico establecido consigna para la transgresión. Los agresores tienen que pagar con la pérdida de su libertad o con su patrimonio la violación de las normas aceptadas de convivencia. La irritable situación se considera resuelta cuando termina en un fallo judicial.


Lo cierto es que ambos enfoques no conducen a una verdadera solución, porque se concentran en responder a las consecuencias y no a las causas de los hechos. La aspiración de toda sociedad civilizada es conseguir el nivel de convivencia que exprese las mayores virtudes humanas posibles.


Las investigaciones científicas demuestran que el castigo no produce los mejores resultados. El sistema de procesamiento judicial más eficiente, junto al más riguroso de los sistemas penitenciarios, no consigue reducir los niveles de violencia social.


Los países que aplican la pena de muerte, por ejemplo, no se encuentran entre los que muestran menor índice de violencia. El castigo riguroso, aunque legal, no es más que violencia institucionalizada; y como se sabe, la violencia engendra violencia.


Los que piden el más riguroso castigo para el adolescente agresor de una niña en un centro escolar público deben de estar conscientes que el castigo no regenerará a ese jovencito y mucho menos eliminará las causas de la violencia escolar.


El enfoque preventivo anunciado por el ministro de educación, Andrés Navarro, creemos que es el mejor enfoque para conseguir resultados positivos y duraderos en nuestro sistema de enseñanza pública. La creación de un Comité Multidisciplinario de Atención Permanente podría contribuir a establecer un sistema de alerta temprana para reaccionar de forma preventiva ante cualquier amenaza. Creemos que la prevención superará al castigo en resultados.



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