La vida de un escritor disléxico

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Por: Carmelsy Confesor


¿Sabe usted qué es dislexia? Según la Real Academia de la Lengua, es “la dificultad en el aprendizaje de la lectura o la escritura, frecuentemente asociada con trastornos de la coordinación motora”.


Son aquellas personas que confunden letras y números. En algunos casos deben leer tres veces un texto para su total compresión, confunden la derecha con la izquierda, su memoria a corto plazo es casi nula y por tal motivo no memorizan nombres de personas, números telefónicos o direcciones.


Pueden parecer aéreos, volátiles o extraños, porque en su vida normal se evidencia su “despiste” y mundo paralelo. Pero ojo, no son personas “anormales”, ni con daños cerebrales.


Han de apuntar lo básico (nombres, direcciones, pendientes); desarrollan técnicas para saber de qué lado de la calle doblar (izquierda, derecha). Hacen la misma ruta para ir a los sitios habituales y así no correr con el riesgo de perderse y son, sin duda, de las personas más disciplinadas y cumplidoras que cualquier empleador pudiese contratar.


¿Por qué? Porque su diario vivir es el resultado de seguir estructuras y técnicas para que sus “deficiencias” queden enterradas y, en la medida de lo posible, no sucedan.


Siempre he sido abierta y muy sincera con el hecho de ser disléxica, sin embargo, en días pasados muchos se sorprendieron tras una publicación en las redes donde declaré lo difícil que, a veces, se torna el diario vivir para un disléxico.


“¿Y cómo estudiaste periodismo?”, “No puedo creer que vivas de escribir”… fueron algunas de las frases que me arrojaron.

Les respondo que hay varios estudios que han demostrado que los disléxicos suelen ser personas muy creativas y, contra la lógica, se dedican al mundo de las comunicaciones. Son fervientes lectores, porque su mayor terapia es volverse un adicto a la literatura.


La lista de escritores y genios de la historia no es corta. Se ha mencionado a Einstein y Churchill, pero el caso que más he acogido es el de William Butler Yeats.


Yeats no fue un buen estudiante y debido al problema que tenía la literatura era lo que peor se le daba. En 1923 obtuvo el Premio Nobel de Literatura.


Francis Scott Key Fitzgerald, quien escribió “El gran Gatsby”, también era disléxico. Otro caso es Benjamin Obadiah Iqbal Zephaniah a quien The Times le incluyó en 2008 en la lista de los 50 mejores escritores de la postguerra. Y, para terminar los ejemplos, cito a Agatha Christie, quien publicó 66 novelas policiacas, 6 novelas rosas y 14 narraciones bajo el seudónimo de Mary Westmacott; también escribió obras de teatro de gran éxito como La ratonera o Testigo de cargo.


Quizás con estas letras pongo mucho en juego, pero en mi casa me enseñaron a reconocer, aceptar y amar lo que soy. Y de paso, a que nada le ponga límites a mis sueños.

3 Comentarios

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Gricias

escrito por Andres 30/ene/20    14:26
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Mi hijo de 11años es dislexico y se lo dificil wue es todos lis dias de su vida y lo wue se esfuerza en los estudios , es un genio tocando el violin lo aprendio a los 7 años y no sabe leer partituras es imposible para el leerlas el sabe bien de su dificutad y que necesita mucho mas tiempo para preparar dus exmenes , que yo le resumo y se los lee y graba lis escuchs mil veces y asi puede estudiar hay dias que es muy angustiante todo pero siempre cuenta con el apoyo de su familia

escrito por andrea 13/abr/17    21:22
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Mi hijo de 11años es dislexico y se lo dificil wue es todos lis dias de su vida y lo wue se esfuerza en los estudios , es un genio tocando el violin lo aprendio a los 7 años y no sabe leer partituras es imposible para el leerlas el sabe bien de su dificutad y que necesita mucho mas tiempo para preparar dus exmenes , que yo le resumo y se los lee y graba lis escuchs mil veces y asi puede estudiar hay dias que es muy angustiante todo pero siempre cuenta con el apoyo de su familia

escrito por andrea 13/abr/17    21:21

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