Enfermedades que ¨atentan¨con la salud y la economía de las familias

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SANTO DOMINGO/ DIARIO DE SALUD.-- “El cáncer es una enfermedad criminal que se come al vivo y al muerto”.  Con estas palabras y un dejo de resignación, Teresa Galán recuerda el viacrucis que enfrentó luego que a un hijo se le detectara un tumor maligno en la entrepierna que le arrancó la vida con apenas 45 años. 


Mientras despacha un par de medias, la señora que se dedica a chiripear artículos de aseo personal, frente al Instituto Oncológico Heriberto Pieter, narra que todavía no ha terminado de pagar el ataúd de su vástago, quien trabajaba como vigilante y falleció hace menos de un mes, tras perder una corta batalla contra el cáncer.

Entre quince estudios de imágenes, biopsias, pruebas de laboratorio, algunos medicamentos y transporte, Galán gastó alrededor de RD$100 mil, los que logró reunir entre préstamos y colectas de algunos conocidos. “Eso me da un dolor en el alma, porque no me dio tiempo de nada y se me fue así, tan joven. Sólo me quedaron los líos”, relata amargamente la señora oriunda de Azua.

Esta es la cruda realidad que enfrentan miles de familias dominicanas de diferentes estratos sociales cuando a alguno de sus miembros le es diagnosticada una enfermedad catastrófica, como el cáncer, la artritis reumatoide, la diabetes, la leucemia, la hemofilia, la hepatitis C, la insuficiencia renal, el lupus, entre otras.

Aunque goza de una posición social privilegiada, con respecto a la de doña Teresa, no es menos funesta la historia de Laura Padilla (nombre ficticio), quien prefirió no revelar su verdadera identidad para contar con puntos y señales el drama que vivió su familia, luego que a su padre, un exitoso ingeniero químico, le fuera diagnosticado un cáncer de pulmón en estado avanzado en el año 2012.

Una condena

“Ninguno de los estudios que se le hicieron a papi, ni las intervenciones, las cubrió el seguro y tuvimos que poner todo nuestro dinero. Sus hermanos, sus papás, mi mamá y yo nos quedamos sin un centavo. De verdad que no le deseo a nadie vivir eso en este país porque el Sistema de Salud no sirve. Si estás sano el seguro funciona súper bien pero si te enfermas de algo grave es como si estuvieras condenado”, narra la joven profesional.

Al revolver entre sus recuerdos el trauma de perder a su progenitor con apenas 47 años, Padilla recuerda entre lágrimas un día en el que tenían que realizarle con urgencia una prueba de laboratorio que debía ser procesada en el extranjero.

“Esa muestra había que llevarla al laboratorio en menos de dos horas y pagar R$$50 mil para que la mandaran fuera porque aquí no la hacen. No recuerdo exactamente cuál era. Yo me acuerdo que mi hermana a y yo salimos corriendo con la muestra sellada y mi tío llegó con todo el dinero de su quincena, (esos 50 mil pesos). Ya tú sabes que él ese mes la pasó difícil. Se me aguan los ojos porque yo sé que dentro de todo, nosotros fuimos privilegiados”, dice.

Destructor de las finanzas


Aunque no llegaron a niveles extremos como para tener que hipotecar su vivienda o vender algunos bienes como le ha ocurrido a otras personas, relata que hubo meses en que algunos familiares tuvieron que proveerles hasta los alimentos.

El cáncer que devoraba progresivamente la vida del padre de Laura no resistía las costosas sesiones de quimioterapia y sólo se le aplicaron tratamientos paliativos para aliviar su sufrimiento, por lo que tuvo que ser hospitalizado por varias semanas en diferentes oportunidades.

“El cáncer es una enfermedad que no sólo le da a quien lo padece, sino a toda su familia, y con este sistema de salud que no te apoya y como son estas ARS, que sólo te cubren los internamientos y los medicamentos hasta un punto, dígase un mes, porque cuando tienes una enfermedad así los medicamentos son carísimos, el tiempo que duras interno puede ser largo y tú sabes que hay límites de medicamentos ambulatorios y de cobertura”.

Las historias de Teresa y Laura se cuentan por montones en la República Dominicana, donde cada año se diagnostican cerca de trece mil nuevos casos de cáncer, según ha dicho la directora del Instituto Nacional del Cáncer Rosa Emilia Tavárez (Incart), Catalina González Pons.

16 mil muertos al año por cáncer


El oncólogo Santiago Collado, afirma que aunque las estadísticas oficiales revelan que alrededor de 8,600 dominicanos mueren cada año a causa del cáncer, la comunidad médica cree que la cifra pudiera ser aún mayor ante las dificultades del país para generar estadísticas y tomando en cuenta que países similares a la República Dominicana tienen una tasa de mortalidad por cáncer de 16 por cada 100 mil habitantes, “debiéramos nosotros con 10 millones de habitantes, tener aproximadamente 16 mil casos de muerte por año”, dice.


Aboga por aumento de la cobertura


Santiago Collado coincide con la directora del Incart en que el acceso a medicamentos y procedimientos para los pacientes afectados por cáncer sigue siendo un problema por la baja cobertura brindada por las Administradoras de Riesgos de Salud privadas. “Es necesario que el paciente, principalmente de grupos socioeconómicos bajos, en este periodo tan difícil no sea abandonado”, afirma, tras señalar que aunque la cobertura actual para las enfermedades catastróficas es de un millón de pesos, hay trabas que impiden su uso. Solamente una sesión de braquiterapia para tratar el cáncer cérvico uterino, que constituye la segunda causa de muerte de mujeres en el país, tiene un costo de RD$50 mil en el Incart, de los cuales las ARS privadas solo pagan RD$10 mil. Los pacientes con insuficiencia renal, que deben dializarse tres veces por semana, en caso de ser asegurados el costo de cada sesión es de RD$3,500, que al mes suponen alrededor de RD$42 mil.


13,000


Nuevos casos de cáncer son detectados cada año en el país, según la directora del Incart, Catalina González Pons.


16,000


Muertes es aproximadamente la cantidad de dominicanos que mueren cada año por algún tipo de cáncer.



Fuente: EL CARIBE 



 

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