El trastorno obsesivo-compulsivo
Dr. Lenin E. Salmon Alvarado
El TOC es un desorden neurobiológico que afecta a uno de cada 100 niños y a uno de cada 40 adultos. Cuando ocurre en niños, situación que puede detectarse desde los cinco años, generalmente existen otros familiares afectados, lo que evidencia una tendencia genética que puede ir atenuándose con la edad. No es una ‘maña’ o deseos de llamar la atención: la persona afectada sufre y se siente impotente cuando su mente es invadida por intensos pensamientos repetitivos (componente obsesivo) sobre algo muy perjudicial para ella o los suyos (exponerse a contagio de enfermedades, hacerle daño a los demás, inseguridad sobre su apariencia física, pensamientos malignos), sintiéndose impulsada a realizar una acción, que puede llegar a convertirse en un ritual, para resolverla o evitarla (componente compulsivo).
Algunas personas rezan, otras cuentan mentalmente, muchas tienen que chequear docenas de veces si dejaron en verdad con seguro las puertas, o las luces apagadas, o las llaves de agua cerradas, todo con el propósito de reducir la ansiedad producida por la tormenta obsesiva. Un alto número de niños llega a obsesionarse con el orden, la simetría, la precisión.
Esta reacción le proporcionará algo de alivio momentáneo. El ciclo se repetirá, convirtiéndose eventualmente en una pesada carga en el desarrollo de su vida. Muchas personas se sienten culpables o avergonzadas de sus pensamientos y comportamientos, sin poder hacer nada para evitarlos. La autoestima, sobre todo en niños y adolescentes, se afectará severamente.
Las causas del TOC no son claramente conocidas. Se presume que puede deberse a una falla en la conducción de la serotonina (un neurotransmisor en el sistema nervioso) o una reacción autoinmune a raíz de una infección con ciertas bacterias. El tratamiento recomendado involucra el uso de medicinas antidepresivas y la terapia cognitivo-conductual (orientada a cambiar patrones de pensamiento). El pronóstico generalmente es optimista. Sin tratamiento, el trastorno puede durar toda la vida, tornándose menos severo con el paso del tiempo, con episodios menos frecuentes que el adulto habrá aprendido a tolerar, disimular e incorporar a su rutina de vida.
DATOS DEL AUTOR:
Dr. Lenin E. Salmon Alvarado
Psicoterapia individual y familiar.
Hipnoterapia. Control del estrés.
Problemas de aprendizaje. ADD/ADHD.
Ecuador
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