Una de las labores esenciales del ministerio de Salud Pública debiera ser regular la venta de comida en las calles. Miles de dominicanos consumen frituras, sandwiches, jugos y panes manipulados con total desprecio a la higiene por haitianos y dominicanos, principalmente.
Nadie lleva estadísticas de cuántos de esos comensales terminan en un hospital o pierden días de trabajo por las infecciones intestinales que provocan esos alimentos vigilados celosamente por bandadas de moscas y manipulados sin rigor alguno.
¡Quién sabe cuánto nos economizaríamos en hospitales solamente controlando los alimentos que se venden en la calle! Que también, en la mayoría de los casos, constituyen estorbos al tránsito y tampoco los ayuntamientos ni las autoridades del área hacen nada.
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