Dermatitis atópica y su repercusión en otras alergias

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Por Dr. Guillermo Ángeles Fernández


La Organización Mundial de la Alergia (WAO) a la que pertenecemos como especialista en alergias y como sociedad en la Republica Dominicana, celebramos del 22 al 28 de abril del 2108, la semana mundial de la alergia y abordamos la necesidad de una mayor conciencia y comprensión de la dermatitis atópica, incluido el papel de la alergia alimentaria, las preocupaciones sobre la calidad de vida, las nuevas opciones de tratamiento, la carga socioeconómica y la importancia del cuidado de la piel.

La dermatitis atópica es una enfermedad cutánea, pruriginosa, no contagiosa, con recaídas crónica que ocurre en familias con enfermedades atópicas (asma y/o rinoconjuntivitis alérgica).

Es un proceso inflamatorio crónico que aparece fundamentalmente en los primero días de la vida o en la infancia, que altera la calidad de vida de los niños y la de sus familias Puede afectar hasta un 20% de la población pediátrica y entre un 3 -5 por ciento de la población adulta, constituyendo la enfermedad crónica más prevalente en la infancia.

El 45% de los niños que padecen dermatitis atópica, la han desarrollado en los primeros 6 meses de vida, y el 85% en los primeros 5 años. Suele remitir antes de los 5 años de edad en 40 a 80% de los pacientes y hasta un 90% a los 15 años de edad.

La dermatitis atópica se caracteriza por intenso picor, aparición de lesiones rojas de inflamación y de lesiones de descamación. En lactantes afecta más a la cara, cuello, brazos y muslos. En niños más mayores y adultos afecta sobre todo los pliegues de flexión de codos y rodillas y cuello.

Se trata de una enfermedad crónica compleja, multifactorial, de base genética, caracterizada por mutaciones en diferentes proteínas, como la filagrina, en la que hay alteración de la barrera cutánea y un trastorno inmunológico, sin embargo se conoce bien que existen múltiples factores desencadenantes como los ambientales (cambios de temperatura o de humedad), irritantes (ropa de lana), alergias a conservantes o fragancias, sensibilidad al polen, infecciones en la piel o situaciones de estrés. Todos ellos pueden ser desencadenantes de la enfermedad.

La severidad de la dermatitis atópica es variable; suele cursar con brotes o agudizaciones, tras los cuales la piel mejora parcial o totalmente. La complicación más frecuente es la infección de las lesiones, provocada muchas veces por el rascado.

Probablemente es una enfermedad en nuestro país infra diagnosticada e infravalorado, por no realizar un diagnóstico adecuado por un especialista en alergia. La dermatitis atópica puede ser una de las primeras manifestaciones de la llamada Marcha alérgica o Marcha atópica, un estado en que van apareciendo una tras otra varias enfermedades alérgicas como la dermatitis, el asma y la rinoconjuntivitis, y aparecen sensibilizaciones alérgicas frente a alimentos (sobre todo leche y huevo) y posteriormente inhalantes (ácaros del polvo, epitelio de animales, hongos, pólenes etc).
“Controlar mejor la dermatitis atópica puede ser una forma de detener la marcha atópica”.

La hidratación de la piel es uno de los pilares básicos en el tratamiento, pese a que no existe un tratamiento concreto que lo cure. “Los tratamientos van desde los corticoides tópicos, pasando por los inmunomoduladores, hasta los fármacos biológicos en desarrollo” Las opciones varían en la particularidad de cada persona, no todos responden igual a los procedimientos. Por eso, el especialista añade sencillas pautas que ayudan a aliviar los síntomas:

• Una buena hidratación: preferiblemente usando sustancias libres de perfumes, como geles sin detergente o específicos para pieles atópicas.
• Realizar baños cortos: una referencia en cuanto a su duración, ya que no afecta a su frecuencia. “Se pueden dar a diario controlando los tiempos”.
• Evitar temperaturas extremas: el frío y la sudoración empeoran el eccema y, por tanto, aumenta el rascado y el riesgo de infección. Pese a que el mar y el sol, con protección, tienen un efecto antinflamatorio beneficioso.
• Utilizar una toalla sin frotar.
• Usar ropa preferiblemente de algodón.

Estudios recientes han dado con tratamiento esperanzador: el ‘Dupilumab’. Un anticuerpo monoclonal que se inyecta bajo la piel y que inhibe la respuesta inflamatoria.
A las 16 semanas, la piel se comenzaba a limpiar de eccemas. Se trata de un tratamiento aprobado por la agencia estadounidense de medicamentos (FDA) y en Europa desde el año pasado, que esperamos tenerlo pronto en nuestro país, que busca paliar las dermatitis severas en adolescentes y adultos que no han conseguido mejorar con los métodos convencionales.

El autor es Especialista en Enfermedades Alérgicas y asma. Clínica Corominas, Santiago.    

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