Los desastres del 9.1.1 en Santiago

Dr. Luis Ney Hernández  

Por Dr. Francisco Angeles

La última tragedia cometida por el 9.1.1 en Santiago ocurrió el jueves en la madrugada, pues horas antes el Dr. Luis Ney Hernández estuvo cumpliendo con su labor de servicio en la Cooperativa Médica de Santiago y luego se marchó a su hogar para horas después caer en una situación de extrema urgencia llamando sus familiares al 9.1.1 quienes se presentaron montaron el paciente en la ambulancia y salieron con el enfermo llamando por telèfono solicitando a los diferentes centros cama de intensivo y pasando por el frente de la Clínica Unión Médica sin pararse y siguiendo para otro centro donde tampoco lo hicieron.

Es importante que quienes están dirigiendo el 9.1.1 recuerden y le hagan saber a su personal que frente a cualquier emergencia deben privilegiar la supervivencia de los enfermos y eso se cumple mejor en cualquier emergencia de un centro asistencial médico y sobre todo en aquellos de atención secundaria y/o terciaria sobre todo lo que tienen Residencias Médicas y de forma muy especial los que presentan especialidad de emergenciología y en Santaigo hay dos centros, uno público y otro privado siendo este último el pionero en la materia en Santiago.

Otro desastre que suelen cometer en el 9.1.1 es no pasar por los centros asistenciales de la periferia sin parar para estabilizar los pacientes y desde allí enviar estable a los centros si la emergencia lo amerita y sobre todo respetar los protocolos de los centros de mayor nivel que son los que regulan y tienen una zona de triaje y los que trabajan en el 9.1.1, están violando esa regla que deben respetarse para así poder realizar una medicina de mayor calidad en la urgencia médica.

El doctor Luis N. Hernández quien salvó tanta vida en el Hospital Universitario José María Cabral y Báez, así como a nivel privado en la Clínica Santiago Apóstol donde fue socio fundador, así como en otro centro de importancia de la cuidad Corazón por ser un brillante anestesiólogo y mejor ser humano, siemipre con una sonrisa a flor de labios quien llevaba alegría por la jovialidad que lo caracterizada.

El Dr. Hernández se nos acaba de ir junto al Padre por una imprudencia de un chofer y un paramédico llamando por teléfono en vez de entrar a una clínica de tercer nivel con residencia en medicina de emergencia como le ha pasado y seguirá pasando si no se entiende en el 9.1.1 que el triaje de una emergencia se debe respetar el protocolo y además que un solo médico de emergencialogía no puede dirigir ese servicio y que deben haber por lo menos doce médicos en emergenciadología para esa labor y en caso que no esten !que si están! nombrar anestesiólogos para que hagan el trabajo y no seguir improvisando y poniendo la salud del pueblo en peligro por la falta de sensatez, pues en verdad el pueblo paga con sus impuestos ese servicio.

La sirena del 9.1.1 no paran de sonar produciendo tensión y estrés sin necesidad y las camas de las mismas no tienen las estabilidad y la seguridad que deberían tener, además no se entiende que los pacientes no sean canalizado tan pronto llegue la ambulancia ya que ayudaría a salvar mucha vida cuando el caso lo amerite y dejarse de protagonismo por que de lo que se trata es de salvar vida.

Del Dr. Luis N. Hernández se puede decir que fue una víctima del desastre que tiene el 9.1.1 en Santiago y quienes más lo sufren son los médicos residentes que se ven obligados a pedir que se respete el protocolo de su centro o bin la zona de triaje, para así poder estabilizar las emergencias.

Nuestro colega del Hospital Universitario José María Cabral y Báez y la de la asistencia privada en la Clínica Santiago Apóstol también fue un gran cooperativista con su colega y amigo Francisco Estepan y el Dr. Mayreli (EPD). Lo mismo hizo en la Fundación del Rotary Club de Tamboril pues fue la mano derecha de esos dos grandes médicos y excelente miembro de Rotary en Santiago, que aún recordamos en Rotary Club Santiago Gurabito.

El Colegio Médico Dominicano, el Cooperativismo transparente y Rotary pierden un ser que siempre aportó por que él siempre le puso pasión a lo que hacía. Le recuerdo cuando entrabamos a cirugía a dar estimulación cerebral en pacientes con peligro de muerte por idea suicida y otras enfermedades psicopatológica que requieren de ese tratamiento en especial los psicosis maníaca depresiva, hoy tan de moda con el nombre de Bipolar, sobre todo en la fase depresiva donde los enfermos solo ven la muerte como salida a su mal.

El autor es especialista en Psicología, Psiquiatría y Geriatría
Hospital Universitario José María Cabral y Báez.